Las cajas en proceso de fusión le echan el ojo al ‘cerrado por vacaciones’ de BBVA y Sabadell y estudian el cierre temporal de algunas oficinas

La fórmula la patentó en 2008 Francisco González: cerrar un buen número de oficinas durante el mes de agosto y recolocar a la plantilla como refuerzo en otras sucursales en las que haya más volumen de trabajo.

Según ha sabido El Confidencial Digital, un año después del experimento del BBVA, otras entidades se están planteando ‘copiar’ este modelo para aligerar sus estructuras, “aunque sea temporalmente”, de cara a los procesos integradores que traerá el otoño, según adelantan fuentes cercanas a varias cajas de ahorros que protagonizan estos movimientos.

Así, si el propio González ha decidido repetir el ‘cerrado por vacaciones’ este año, ampliando el número de sucursales elegidas - de 400 a 500 – que no abrirán desde el 4 al 21 de agosto, otro banco, el Sabadell, ha decidido sumarse a la iniciativa. El banco catalán ha sido más modesto en sus pruebas y ha colgado este cartel en 80 de las 1.230 oficinas que tiene repartidas por toda la geografía española. Con este sistema, pretenden ahorrar unos 100.000 euros.

Entre las cajas de ahorros esta idea ha sido acogida de buen grado, especialmente entre aquellas entidades que están en pleno proceso de fusión o integración, apuntan a ECD directivos del sector. “A pesar de que este año no ha dado tiempo, son varios los equipos de dirección que tienen planes similares encima de la mesa”, añaden. “Concretamente, los responsables de ajustar la plantilla de las cajas que ya están en vías de fusionarse, como las catalanas o las andaluzas”, matizan las mismas fuentes.

“Es una manera de ir tanteando, probando primero en número reducido de oficinas el acople que llegará después, una vez moldeada la caja de ahorros resultante”, completan desde una conocida firma de consultoría de recursos humanos.

No obstante, no todo son ventajas, según aclaran fuentes de la división de servicios financieros de CC.OO. consultadas al respecto. “Uno de los efectos negativos es la reducción,simultánea de plantilla lo que supone que si ya en circunstancias normales se hace difícil atender las tareas diarias, en los momentos en que por diferentes razones hay una falta excepcional de personal como en vacaciones, cursos, bajas, etc. la situación es directamente insostenible. Y más con tanto cambio de personas y de funciones”.

Otros aspectos problemáticos que conforman el capítulo de ‘contras’ de esta medida son las dificultades para la recepción de valijas, impresoras de oficina, ausencia de responsables de la oficina cerrada en la oficina receptora, etc. Además “Ya hemos tenido noticias de que en algún caso se ha presionado a los trabajadores de la oficina que cierra para que modifiquen las vacaciones y las cojan en agosto para aprovechar el periodo de cierre. Obviamente, esto es inaceptable”, concluyen desde Comfia.

Fuentes del sector financiero señalan a su vez que en una situación en la que las cargas de trabajo son bastante superiores a lo normal y en que las plantillas están más que ajustadas, la concentración de trabajo y clientes en la oficina sustitutiva puede agravar tanto el volumen y calidad del trabajo como de la correcta atención a la clientela.

“Valga como ejemplo que el desconocimiento de los clientes representará más carga de trabajo y probablemente más incidencias. Todos sabemos que los primeros días de agosto son todavía fuertes en cuanto al trabajo” recuerdan.

 

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