5 sencillos ejercicios de la vida cotidiana para no perder la memoria

Llegados a determinada edad, no siempre tan avanzada como se piensa, la mente empieza a debilitarse y comienzan a notarse ciertas pérdidas de memoria. Aspectos que antes recordábamos con facilidad, en ocasiones se vuelven difusos en nuestra cabeza. Los hábitos de vida y las conductas son grandes aliadas en el fortalecimiento de la mente. Te contamos las claves.

Actividad cerebral.
Actividad cerebral.

Todos los días, sin darnos cuenta, llevamos a cabo diferentes actividades que ejercitan nuestra memoria. Sin embargo, su deterioro es inevitable.

El doctor Mario Riverol, especialista en Neurología de la Universidad de Navarra, en especial de las enfermedades neurodegenerativas, explica a La Buena Vida cuáles son las claves para cuidar nuestro cerebro. 

Existen dos líneas diferentes pero complementarias a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo un correcto cuidado del cerebro. Por un lado, hay que protegerlo de los posibles daños a los que podemos someterlo indirectamente. Por otro, hay que establecer una rutina diaria para entrenarlo y así evitar su degeneración o, por lo menos, hacerla más lenta.

Proteger el cerebro

En primer lugar hay que protegerlo de posibles daños, del mismo modo que hacemos con el corazón, a nivel de vida diaria. Es decir, hay que prevenir cierto tipo de conductas y situaciones que paulatinamente van deteriorándolo.

Entre ellas, destacan las orientadas a evitar y controlar los factores de riesgo vascular, como son la obesidad o el tabaco.

Una correcta alimentación y un ritmo de vida saludable ayudan en esta línea, siendo el  ejercicio físico diario una de las actividades a tener más en cuenta.

Según apunta el doctor Riverol, aquellas personas que realizan ejercicio diario desarrollan un mayor volumen cerebral y una menor tendencia a padecer demencia o, ya en un plano más avanzado, alzhéimer.

Entrenar el cerebro

Tal y como precisa el doctor Riverol, resulta tan importante potenciar el cerebro como cuidarlo. Para ello, hay que partir del nivel más básico de socialización: mantener una vida social activa, cultivando relaciones con amigos y/o familiares predispone un ambiente muy enriquecedor para fomentar el entrenamiento cerebral. ¿Por qué razón? Porque entre otras cosas, estas relaciones fomentan que nuestro cerebro esté activo.

Otros ambientes que también resultan enriquecedores en esta línea, es participar en talleres y cursos de diferente tipo, en el que el desarrollo con los compañeros y la concentración aportan claves positivas para el entrenamiento mental.

 

Actividades de la vida diaria con las que entrenar el cerebro

Estas no son las únicas actividades que ayudan a entrenar nuestra memoria. Existen a lo largo del día multitud de pequeños detalles que, de hacerlos a menudo, supondrían un gran estímulo para nuestro cerebro.

Estos son algunos de los elementos de nuestra rutina habitual que según el doctor Riverol ayudan:

-- Jugar a juegos de mesa (desde el parchís hasta juegos más complicados como el monopoly o el trivial), a las cartas, o incluso al dominó suponen un esfuerzo para estar atentos, concentrados, y practicar algunas disciplinas como el cálculo mental o la búsqueda de respuestas.

-- Acudir a conferencias y coloquios. Con la edad tenemos más tiempo libre y podemos dedicarla a  estas actividades que ayudan a desarrollar la mente.

-- Colaborar en las tareas domésticas implica el desarrollo de muchas actividades cerebrales. Actos tan corrientes como hacer la lista de la compra u organizar las labores de la casa ayudan a tener una mayor acción cerebral.

-- Leer y comentar libros así como las noticias del día también entrenan la memoria. Nos obliga a recordar detalles y aspectos del día a día y a relacionarlos con hechos pasados o futuros con el objetivo de contextualizar la actualidad.  

-- Resolver crucigramas, sopas de letras y sudokus.  

-- Ver la televisión de forma activa. Programas interactivos con los que podamos encontrar palabras y pensar. Pasapalabra y Saber y Ganar son dos concursos que nos mantienen en vilo y que consiguen que nos mantengamos alerta dentro del juego.

Actividades más específicas

Existen más actividades para desarrollar la memoria más allá de las que llevamos a cabo en nuestro día a día.

Una alternativa muy extendida es asistir a centros cívicos, donde se imparten cursos de estimulación mental, así como consultar cualquiera de los innumerables libros cuyo fin es mejorar la memoria cognitiva.

Otra opción, que podemos transformar fácilmente en rutina, es llevar un diario en el que apuntar todos los recuerdos del día. Ésta es una de las técnicas más recomendadas.

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