¿Playa o montaña? No renuncies a nada: cinco rutas en coche que combinan las dos opciones

La típica pregunta de todos los años antes de las vacaciones: ¿Vamos a la playa? ¿o nos hacemos una ruta de montaña?. Si no te conformas con una sola opción, te proponemos cinco rutas que comienzan en la playa y terminan en la montaña –o viceversa-.

 

Playa de Cue (Asturias), a pocos kilómetros de los Picos de Europa.
Playa de Cue (Asturias), a pocos kilómetros de los Picos de Europa.

 Asturias de lado a lado

Asturias comprime en apenas 100 kilómetros de ‘alto’ y 300 de ‘ancho’ impresionantes paisajes de mar y de montaña. Una buena opción es comenzar por la zona occidental, más próxima a Galicia. Por ejemplo, en la villa marinera de Vegadeo. De ahí, el trayecto nos lleva por una costa plagada de acantilados hasta Navelgas, más allá de Luarca. Próximo a esta villa se encuentra la impresionante playa de El Silencio. Desde ahí, la Autovía del Cantábrico (A-8) y la AS-16 nos conectan con Pravia, en el interior de Asturias, con Cornellana (ubicación de importantes cotos de pesca salmoneros) y los valles de Salas. No lejos de allí, por la N-630, se llega hasta la sierra del Aramo, cuna de un popular puerto de montaña conocido entre los ciclistas: El Angliru, con desniveles no aptos para todos los coches. La Autovía ‘Minera’ y la del Cantábrico nos llevan desde este paraje de nuevo hasta uno de los pueblos marineros con más esencia de Asturias: Ribadesella. Si queremos continuar la aventura, a poco kilómetros de allí se encuentra Cangas de Onís, al lado de uno de los enclaves más bonitos de la cordillera Cantábrica: Covadonga. Un buen lugar para finalizar esta ruta en coche.

El Baix Camp catalán

Cataluña es otro de los lugares de España donde el mar y la montaña se encuentran íntimamente ligados. Desde la costa de Cambrils, en Tarragona, se puede salir en dirección a Montroig del Camp. Allí se inicia el primer puerto de montaña y se culmina en el alto de Colldejou, desde donde se ven los valles del Priorat. La misma carretera discurre por esos valles visitando Falset, Porrera, La Teixeta, Riudecanyes y vuelta a Salou a tiempo para un chapuzón en la playa para poner punto y final a una jornada inolvidable a realizar en coche.

La tramontana mallorquina

Pese a que la isla no tiene una orografía muy destacada, la isla de Mallorca dispone de sitios impresionantes desde los que divisar prácticamente toda la isla. La Sierra de Tramontana es un ejemplo de ello. Saliendo de la bella Palma de Mallorca, a unos 15 kilómetros se encuentra un pueblo repleto de casas de piedra. Se trata de Puigpunyent. Apenas a 5 kilómetros, bien señalados por la carretera para realizar en coche, está la Granja de Esporles, un famoso caserón del siglo X. La ruta continúa por Valldemossa –¡aquí residió el compositor Chopín!-. De ahí es fácil llegar hasta Deiá, un pueblo con pequeñas e impresionantes calas.

De las Alpujarras al Mediterráneo

Cuenta la historia que culminada la reconquista de Granada, a los perdedores del reino nazarí no les quedó otra que refugiarse en la sierra de Las Alpujarras. Un ‘castigo’ que hoy en día muchos verían como un idílico retiro. Si no conoces esta espectacular zona puedes organizar una ruta que salga de la capital granadina. Desde ahí se sube directamente a Sierra Nevada hasta llegar a Lanjarón -¿sabías que es el pueblo con mayor longevidad de sus habitantes?-. El recorrido puede discurrir por la Puerta de la Ragua y La Calahorra. Por el camino conocerás pueblos como Laujar de Andarax y multitud de pueblos blancos de origen árabe fundados por aquellos ‘perdedores’ –entre comillas-. Desde allí, la elección es tuya: finalizar la ruta en Almuñecar o, si tus ganas de conducir aún no se han calmado, llegar hasta la costa de Almería. De uno de los puntos más altos de la Península a las cálidas aguas del Mediterráneo en tan sólo unas horas.

Un paseo por Cantabria

 

Las Cuevas del Soplao tienen 20 kilómetros de largo, llenas de formaciones geológicas que se han ido generando a lo largo de sus –atención- ¡240 millones de años de antigüedad! Estas cuevas del Cretácico son el punto ideal desde el que empezar una ruta que te llevará por los lugares más espectaculares de Cantabria.  Desde allí, en plenos Picos de Europa, se baja por carretera, yendo en coche,  hasta Tudanca, un pueblo declarado Conjunto Histórico Artístico lleno de casonas de montaña cántabras. Por una carretera bien señalada se llega hasta el embalse de Cohilla, en el valle de Poblaciones. Un lugar exquisito para hacer una parada y degustar la auténtica comida cántabra. De allí, vuelta a la carretera A-68, dirección a Santander. Antes de llegar verás un desvío a San Vicente de la Barquera. El momento ideal para visitarla es al atardecer, cuando el ajetreo de pescadores en el puerto se junta con los paseos vespertinos de sus habitantes. Cerca de allí, para los más calurosos, se encuentra la playa de El Tostadero. Date un baño mientras ves las cumbres de los Picos de Europa. ¿Suena bien, verdad?

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