Batería y los neumáticos, elementos peor conservados

Para los amantes de los coches, una de las mayores satisfacciones que existe es el momento de adquirir un vehículo. Ponemos atención en todos los detalles: precio, motor, prestaciones, accesorios, comodidad... Pero una vez comprado y rodando en carretera solemos pasar por alto un elemento crucial para la seguridad: el mantenimiento del vehículo.


Batería y los neumáticos, elementos peor conservados
Batería y los neumáticos, elementos peor conservados

El mal estado de nuestros coches hace que salir a la carretera se convierta muchas veces en un deporte de riesgo. Y cuando se desencadena la avería, no hay más remedio que tirar del seguro y solicitar la asistencia en carretera, lo que deriva en gastos y en una pérdida de tiempo considerable. Según un estudio del Real Automóvil Club de España, cada vez llamamos más a la grúa por problemas mecánicos. En concreto, la cifra aumentó en 2016 un 16 %. La mayor parte de avisos estuvieron motivados por problemas con la batería. En segunda posición se situaron los neumáticos y a continuación los fallos relacionados con el motor.

Las complicaciones con el de motor tuvieron que ver con la bomba y la inyección de los vehículos diesel. Fallos en el sistema de arranque, embrague, correa del alternador y radiador acaban de completar el panorama.

El mantenimiento, nuestra asignatura pendiente

Buena parte de esas complicaciones, que obligan a hacer reparaciones costosas, se hubiesen podido evitar con un buen mantenimiento del vehículo. Los coches nuevos incorporan un calendario estricto de revisiones, que deben cumplirse a rajatabla si queremos mantener la garantía. Sin embargo, cuando el coche ya tiene unos años, el tiempo entre revisiones se va dilatando, cuando debería ser justamente al contrario.

¿Qué elementos debemos revisar?

Si nuestro vehículo tiene más de 4 años y además hemos previsto hacer un viaje largo, es recomendable visitar el taller. Con una buena revisión, evitaremos averías y posibles accidentes. Debemos prestar atención al denominado "triángulo de seguridad", formado por amortiguadores, neumáticos y frenos:

- Amortiguadores: la falta de mantenimiento de este elemento produce una disminución de la estabilidad del vehículo. Los amortiguadores se revisan a partir de los 30.000 km y suelen sustituirse por unos nuevos a los 50.000.

- Neumáticos: son esenciales para mantener una buena adherencia del coche a la carretera y fundamentales en la frenada. Deben sustituirse cuando la altura del dibujo esté por debajo de 1,6 mm.

- Frenos: debemos asegurarnos de que el líquido de frenos esté en el nivel correcto y acudir al taller si notamos algún defecto en el sistema. Podría ser necesario cambiar las pastillas.

Junto al "triángulo de seguridad", es importante revisar los niveles de aceite y del líquido limpiaparabrisas y prestar atención a la refrigeración. Las baterías hoy en día no precisan de mantenimiento, pero no está de más comprobar que los bornes se mantengan limpios y bien atornillados.

 

Las luces son otro elemento fundamental para la seguridad del vehículo. Debemos ver bien y también facilitar que nos vean, por lo que es importante llevar las luces bien alienadas. Otro elemento esencial es la correa de distribución. La rotura de esta correa puede afectar a otras partes del vehículo y derivar en problemas graves.  La correa no suele avisar, así que para evitar sustos en mejor revisar con atención su estado a partir de los 5 años.


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