Soy un pequeño inversor: cómo puedo ganar dinero hoy en el mercado de divisas

El mercado de divisas es una alternativa sólida para invertir capital, aunque se trate de una pequeña cantidad de dinero. La constante oscilación de los productos que componen el fórex permite poder ganar interesantes porcentajes sobre lo invertido en muy poco tiempo. Invertir en dólares, euros o yenes puede resultar en muchas ocasiones mucho más rentable que por una eléctrica o cualquier materia prima.

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Pese a que se trata de un desconocido en comparación con la Bolsa, el mercado de divisas, también conocido como fórex, ofrece permanentemente oportunidades.

Esta es una de las principales diferencias respecto al mercado de valores o el Ibex, en el que normalmente se centran los inversores menos expertos en la materia.

El forex no es como las Bolsas. Se trata fundamentalmente de un mercado en el que con lo que se comercia es con el valor del dinero, concretamente con el de una moneda determinada respecto a otra.

Hay que tener en cuenta que esta inversión siempre se realiza respecto a pares de divisas, euro/dólar, dólar/yen, etcétera y que los beneficios que se extraigan de la operación dependerán del valor de una respecto a otra en un determinado momento del tiempo.

A lo largo de la crisis, según explica a La Buena Vida Daniel Pingarrón, analista de mercados de IG, la volatilidad de este mercado ha sido enorme. Los bancos centrales han intervenido para depreciar su propia moneda. En general, tal y como apunta Pingarrón, han aprendido que hay que tener una economía abierta y con un fuerte peso de las exportaciones.

Esta ha sido la estrategia llevada a cabo por las grandes economías del mundo en general. Europa, China, Estados Unidos, potencias emergentes, como Brasil, han visto oscilar el precio de su moneda durante los últimos años en gran medida, fundamentalmente por una razón: todos han tratado de depreciar su moneda.

En general, estas potencias han llegado a una misma conclusión: para combatir una nueva crisis, lo mejor es tener una economía diversificada y, para ello, fomentar el comercio con el exterior es imprescindible.

Es precisamente en este punto donde cobra relevancia la depreciación de la moneda: cuanto más barato sea el producto, mayor negocio exportador.

Un mercado que siempre da beneficios

¿Es ahora el momento de invertir en el mercado de divisas? A esta pregunta nuestro experto de la empresa de trading online IG responde: depende de qué par se elija.

 

La base del comercio en el forex es básicamente el mismo que el de cualquier negocio: comprar barato para vender caro.

La situación, como explica Pingarrón, en este mercado es muy variable. Unas monedas crecen puntos frente a otras en función de horas. Se trata de un mercado en el que fundamentalmente se invierte a corto plazo, “horas o días como máximo”, precisa, ya que nos encontramos ante productos muy especulativos.

Ahora mismo es un buen momento para invertir, pero, ¿dónde?

Daniel Pingarrón arroja algo de luz sobre este asunto, destacando que siempre existen divisas más fuertes respecto a otras, sino no habría negocio posible.

Estas son sus previsiones:

Monedas débiles: el euro, debido a la nueva compra de deuda a dos años vista del BCE va a mantenerse como una divisa débil, ya que esta política devaluará en un grado considerable su valor respecto al dólar o la libra. Es un buen momento para invertir en los pares euro/dólar, euro/libra y euro/yen.

El dólar australiano, al tratarse de una moneda muy ligada a las materias primas, también tiene grandes factores interviniendo en su valor. De hecho, no atraviesa su mejor momento ahora mismo. Se trata de una divisa “barata” en la que se podría invertir.

El caso del yen se encuentra en la misma línea que el euro. Japón aumentará los estímulos económicos en los próximos meses, lo que lo convierte en una divisa interesante también para invertir con Seguridad, en la medida de lo posible.

Monedas fuertes: ahora mismo el dólar es la divisa más fuerte, seguido muy de cerca por la libra esterlina.

Cómo invertir en Forex

Del mismo modo que en el mercado de valores, en el de divisas buscamos concluir lo más satisfactoriamente posible la misma operación: comprar barato y vender caro.

Para ello, podemos llevar a cabo dos procedimientos diferentes.

-- Comprar divisa en nuestra sucursal bancaria y venderlos en el momento que esta moneda se deprecie respecto a la nuestra. De este modo nos devolverán, en este caso, más euros de los que pagamos.

Por ejemplo: si compramos dólares por valor de 10.000 euros, obtendremos 11.400 dólares. Si dentro de seis meses decidiéramos venderlos, a un 1,08, nos darían 10.550 euros. La operación al cabo del tiempo habría tenido 550 euros de beneficio.

-- Sin embargo, esta no es la única forma de operar con divisas. También puede hacerse electrónicamente a través de derivados financieros. Operando con los CFDs, producto que ofrece IG, se opera con apalancamiento, es decir, el cliente tiene el mismo valor de mercado pero con una inversión menor.

Gracias a los CFD's, en lugar de tener que invertir 10.000 para tener un beneficio aceptable, puede invertir 400 veces menos. Gracias a este sistema, con una inversión de 25 euros, el cliente tendría una exposición al mercado de 10.000 euros y, por lo tanto un beneficio de 550 euros igual.

Este tipo de operaciones conlleva grandes riesgos por su volatilidad. Si la operación fuera en su contra y vendiera en un mal momento, perdería lo mismo que invirtiendo 10.000 euros.

Aprender es la clave para obtener beneficios

La única forma de comenzar a obtener beneficios en forex es aprendiendo a conocer los pormenores del mercado de divisas de la mano de grandes profesionales, traders y asesores que invierten cada día.

Uno de los cursos más completos para aprender a operar en forex es el que ofrecen los analistas de la empresa de trading online IG, sustentados en una temática especializada en forex.

Operar en cualquier mercado especulativo sin tener una base sólida, según apuntan los expertos, es una de las principales causas del fracaso en las inversiones de pequeños ahorradores, que suelen basar sus decisiones en corazonadas o chivatazos en lugar de aprender a entender el funcionamiento de los mercados.

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