Gabilondo se explaya en Madrid contra la COPE, desvela que el 12-M quiso llevar la Cadena SER a Moncloa y se enzarza con el embajador de Israel

Agitado desayuno informativo el Hotel Ritz de Madrid, que contó con un protagonista de excepción: Iñaki Gabilondo. Se tocaron muchos temas, pero el presentador del informativo vespertino de Cuatro no dudó en criticar duramente a la COPE por el 11-M y la negociación con ETA. Pero hubo mucho más.

El acto estuvo especialmente concurrido. Allí se pudo ver a una expansiva ministra de Cultura; a la titular de Medio Ambiente, Cristina Narbona, con un ‘look’ muy moderno, acompañada de una largas extensiones rubias y que abandonó el acto a los quince minutos de haber comenzado; a un Javier Diez de Polanco, consejero del Grupo Prisa, que no se separó ni un momento de Carmen Calvo; y a Florentino Pérez. Además, empresarios, periodistas y gente del mundo de la política.   La conferencia de Iñaki Gabilondo fue un durísimo alegato contra la Cadena COPE. Criticó la actitud de la emisora por su actitud con el 11-M y el proceso de negociación abierto por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con la banda terrorista ETA. Fueron reproches directos y, en ocasiones, graves, que sorprendieron a algunos de los allí presentes. “Intolerable desvergüenza” o “indigna postura” fueron algunos de los adjetivos que utilizó Gabilondo al hablar de la “teoría de la conspiración” que, según él, está alentando la emisora de la Conferencia Episcopal.   Dijo que el presidente de la institución, Ricardo Blázquez, así como el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, son, entre otros, los responsables de estar impulsando esta “teoría conspiratoria” que se acepta ya con total naturalidad en las “reuniones matinales” de la emisora, en clara alusión a las tertulias del programa “La Mañana” de Federico Jiménez Losantos, al que no mencionó por su nombre.   Pero hubo más. Gabilondo tuvo un enfrentamiento dialéctico con el Embajador de Israel en España, Víctor Harel; explicó las decisiones que tomó tras los atentados del 11-M; su negativa a la petición de Luis María Anson para que formase parte de una asociación de periodistas independientes; y le mandó un “recado” a Eduardo Zaplana. Esquemáticamente, sucedió así:   -- Israel. El momento más tenso de la mañana llegó tras una pregunta del embajador de Israel en España, Víctor Harel. El representante israelí preguntó a Gabilondo si creía que su cadena había abordado con ecuanimidad el conflicto entre Israel y Palestina, sin dar cabida a la versión israelí. El embajador se refería al contenido de dos reportajes del periodista sobre la franja de Gaza. Gabilondo, algo incómodo, respondió que él aún estaba a la espera de recibir contestación oficial por parte de las autoridades para poder acudir al Estado de Israel a realizar un reportaje o a entrevistar al primer ministro. “Pero Israel deniega mis invitaciones”, dijo Gabilondo. Ante esto, Harel acusó al periodista de haber entrevistado al líder de una organización terrorista como es Hamas. “Yo fui a entrevistar a una persona que ganó unas elecciones”, se defendió Gabilondo; “pero ¡dejémoslo! Otra pregunta”, zanjó el periodista.   -- 12-M. Según explicó Gabilondo, él mismo le ofreció al Presidente del Gobierno de aquel entonces, José María Aznar, realizar su “Hoy por hoy” en directo desde el despacho de éste en La Moncloa el día después de los atentados de Madrid. “Queríamos ponernos al servicio del comandante”, precisó el periodista de Cuatro. Asegura que La Moncloa no aceptó la invitación.   -- Eduardo Zaplana. Del dirigente “popular” dijo que no entendía como un hombre como él había sacrificado toda su carrera política “a defender lo indefendible” en el 11-M. Estando en la oposición, añadió, podría atacar al Gobierno en otros temas sobre los que el Ejecutivo no está actuando bien. Y aludió a algunos de carácter económico.   -- Luis María Anson. El ex director de ABC propuso años atrás a Iñaki Gabilondo entrar a formar parte de una asociación de periodistas que el actual columnista de El Mundo había creado. Su objetivo: reclamar que no había libertad en España. Gabilondo declara que se opuso porque “no quería ir a comer langosta a Marbella con un puñado de grandes profesionales”. Los que debían defender la profesión periodística en aquel entonces –concluyó- eran los jóvenes que luchaban día a día en las redacciones.   -- En varias ocasiones Gabilondo se refirió a sí mismo como un “ciudadano concernido”, apolítico y que nunca ha sido de ningún partido político.

 

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