Pedro J. Ramírez y los italianos de Rizzoli buscan comprador para las revistas ‘Yo Dona’ y ‘Marca Motor’: varios empresarios del sector han sido tanteados
Es hora de liberar la cuenta de resultados de los grandes grupos de comunicación de aquellos activos no estratégicos que más puedan resultar atractivos al mercado. Esta parece ser la consigna del Grupo Unidad Editorial que está buscando comprador estas semanas para dos cabeceras de la compañía.
Según ha podido confirmar El Confidencial Digital, la nueva Unedisa que nació en abril de 2007 tras la compra del Grupo Recoletos necesita hacer caja y para ello, baraja deshacerse de dos publicaciones de la compañía. Se trata de cabeceras saneadas, con buena carta de presentación y consideradas como pequeñas ‘joyas’ en sus respectivos sectores.
La revista ‘Yo Dona’, que se distribuye los sábados conjunta e inseparablemente con el diario El Mundo, tiene una difusión de unos 320.000 ejemplares y una audiencia que supera los 450.000 lectores. Nació en el año 2005 y, rápidamente, se consolidó como un producto de éxito entre las revistas semanales.
El mercado publicitario reaccionó muy bien ante su perfil: único semanario femenino de alta gama en el mercado español, que sigue la estela de productos de éxito internacional como ‘Io Donna’ en Italia y ‘Madame Figaro’ en Francia. Uno de sus puntos fuertes es su target comercial: el 74% de sus lectores son mujeres, de un promedio de edad de 43 años; el 83% de ellas, pertenecientes a la clase media-alta.
‘Marca Motor’ fue fundada en noviembre de 2003 por el Grupo Recoletos. Difunde 113.606 ejemplares (datos certificados por OJD) y una audiencia de 532.000 lectores, según cálculos del EGM. Su atractivo estriba en ser el líder absoluto entre las revistas del automóvil.
Ahora, como decimos, Unedisa ha decidido sondear el mercado y buscar comprador o compradores. ECD ha podido confirmar que destacados empresarios del mundo de la comunicación han sido ‘tocados’ para conocer su posible interés en esos activos. De momento, sin éxito.
El argumento que han manejado estos ejecutivos en esos encuentros ha sido contundente: la actual coyuntura económica no anima a realizar inversiones que deriven en un mayor endeudamiento. Se trata de esperar a que ‘escampe el temporal’; después, ya veremos.
