Españoles que viajaron con los Reyes a China comprobaron la actividad de la oposición y la eficacia de la Policía
La cercanía de los Juegos Olímpicos de 2008, en Pekín, se ha convertido en una oportunidad para los críticos del régimen chino, por lo mismo que los ojos del mundo están centrándose en ese país y porque las autoridades tratan de dar una imagen positiva, lo que significa atemperar la represión. Como consecuencia, la actividad de los opositores está aumentando.
Partidarios de la independencia del Tíbet actuaron en la Gran Muralla, se repite la difusión de los informes sobre la situación de los derechos humanos, un grupo de 40 personas ha firmado una carta abierta al Gobierno pidiendo más libertades y que los exiliados puedan regresar y disfrutar de los Juegos en su país, Reporteros Sin Frontera intento dar una rueda de prensa para pedir libertad de prensa…
Esa mayor actividad crítica la pudieron comprobar también los integrantes de la delegación española que acompañó a don Juan Carlos y doña Sofía en su reciente visita de Estado a la República Popular. Cuando se dirigían a uno de los actos oficiales, fueron abordados por unos cuantos activistas, que les repartieron papeles y propaganda contra el régimen de Hu Jintao.
La sorpresa de los hispanos fue notable, por cuanto la zona se encontraba repleta de policías, al tratarse de una visita de Estado. Y también comprobaron la celeridad de servicios de seguridad chinos: en unos instantes se llevaron a los opositores, que desaparecieron de la zona inmediatamente.
