Jáuregui plantó ayer a Zapatero. Su exilio forzoso a Bruselas lo más comentado entre los socialistas
Aguas revueltas en el PSOE por la decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de colocar a Ramón Jáuregui como número dos de las listas socialistas para las europeas del 7-J.
Un exilio forzoso que no le ha sentado nada bien al veterano dirigente vasco, porque en la práctica supone apartarle de la primera línea política y colocarle en el ‘cementerio de elefantes’ del Parlamento Europeo, según reconocieron a El Chivato fuentes socialistas.
Jáuregui creía que había llegado su momento, para convertirse finalmente en ministro, o, si no, en portavoz del PSOE en el Congreso en sustitución de José Antonio Alonso, quien encajaba muy bien para dirigir la tercera vicepresidencia. Una vuelta al ruedo vasco de la mano de Patxi López era improbable, teniendo en cuenta que ya fue vice lehendakari en la década de los noventa.
El caso es que la última movida de Zapatero en el Gobierno le dejó en el mismo sitio, es decir, secretario del Grupo Socialista, justo cuando peor lo están pasando por la soledad parlamentaria que padecen. Esta difícil situación, llena de infructuosas reuniones con otros grupos en busca de acuerdos que no se firmaban, le había llevado en las últimas semanas a un cansancio evidente a ojos de sus compañeros del PSOE.
Una vez anunciada su exilio a Bruselas, Jáuregui plantó ayer al presidente del Gobierno. No quiso asistir a la reunión con los parlamentarios socialistas. La ausencia fue lo más comentado. Oficialmente se encontraba enfermo, pero muchos de sus compañeros interpretaron la no asistencia como un desplante a Zapatero.
