El paripé de Pablo Iglesias en la Carrera de San Jerónimo
Mañana del 30 de marzo de 2016. Pedro Sánchez espera a Pablo Iglesias en la salida del Congreso por la puerta de Cedaceros y, después de un fuerte apretón de manos y de que el líder de Podemos regalase al del PSOE un libro sobre baloncesto, ambos charlan de forma distendida mientras pasean por la Carrera de San Jerónimo.
La escena, previa a una reunión entre los dos en las dependencias del Grupo Socialista, fue portada de los periódicos digitales esa misma jornada y de los diarios en papel al día siguiente. La cercanía entre ambos dirigentes, y la renuncia posterior de Pablo Iglesias a exigir la vicepresidencia en un gobierno PSOE-Podemos, daba a entender que un acuerdo entre las dos formaciones era inminente.
Sin embargo, según le cuentan a El Chivato personas muy próximas a Sánchez, “todo fue un paripé” de Iglesias. Ya entonces, una semana antes de que las negociaciones se rompieran definitivamente, el líder de la formación morada ya sabía que no habría pacto. Se lo había confesado a altos cargos de Podemos que se habían manifestado contra un acuerdo con el PSOE.
Una de las más beligerantes en este sentido fue Ada Colau. No quería saber nada de una alianza que después tuviera que ser revisada y ratificada por Ciudadanos. Así se lo hizo saber a Pablo Iglesias ese mismo día, y también una semana después, cuando se celebró, el 7 de abril, la reunión a tres entre PSOE, Podemos y C´s.
De hecho, tras ese encuentro, estaban previstas las comparecencias de los tres representantes de los equipos negociadores, pero hubo una baja de última hora. Tanto Antonio Hernando como José Manuel Villegas hablaron de “avances” en las conversaciones. Pero Pablo Iglesias, que era quien iba a intervenir en nombre de Podemos, pospuso su rueda de prensa hasta el día siguiente.
En ella, el líder de Podemos aseguró que PSOE y Ciudadanos habían impuesto unas condiciones para el acuerdo “inasumibles” para su formación y que, por tanto, daba por “concluidas” las negociaciones.
Desde el equipo de Sánchez explican que la comparecencia de Iglesias se pospuso de la tarde del 7 a la mañana del 8 de abril porque el líder de Podemos “se pasó colgado toda la tarde al teléfono hablando con Colau”. Podemos no podía asumir varios puntos propuestos por Ciudadanos, como el propio Iglesias se encargó de recordar al día siguiente.
