El Papa se acerca a los jesuitas, en su objetivo de cerrar filas dentro de la Iglesia

Benedicto XVI visitará el viernes, día 3, la Pontifica Universidad Gregoriana, en Roma. Será la primera vez que hable en un centro universitario desde su polémica conferencia de Ratisbona, por lo que existe expectación sobre lo que dirá allí.   Analistas conocedores de los entresijos vaticanos dijeron a El Chivato que el Papa está cerrando filas con todos los sectores de la Iglesia para hacer frente a la ofensiva laicista y al Islam. A los movimientos eclesiales los tiene en sus filas, pero no puede dejar fuera de esta trascendental batalla a los jesuitas, que siguen ejerciendo gran influencia en el mundo intelectual católico, y que tantos servicios han prestado a la Iglesia en situaciones fronterizas a lo largo de cinco siglos.   Parecía que los jesuitas se habían alejado del Vaticano con Juan Pablo II, en plena efervescencia del comunismo y la Teología de la Liberación, pero Benedicto XVI sabe que, en muchos casos les asistía la razón en la defensa de los derechos humanos y de los más desfavorecidos, debido a los regímenes dictatoriales y a las injusticias en América Latina. Ahora, con el actual Papa, el planteamiento es seguir defendiendo a los pobres del continente iberoamericano, pero olvidando la decadente ideología marxista para solucionar el problema social.   Benedicto XVI quiere contar con la formidable fuerza de estos soldados de Cristo, fundados por el español San Ignacio de Loyola, y para ello, en los últimos meses, ha enviado mensajes de reconocimiento. Uno de ellos, el nombramiento del padre Federico Lombardi como director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en sustitución de Navarro Valls.   El Papa visitó recientemente Radio Vaticana, donde inauguró el estudio más moderno y desde donde transmitió un mensaje al mundo. También ha recibido a los miembros de Civiltá Católica -revista italiana jesuita- y se ha reunido más de cuatro veces con el prepósito general, Peter-Hans Kolvenbach.   La Universidad Gregoriana, donde se han doctorado pontífices como Gregorio XV, Urbano VIII, Benedicto XV, Pío XII, Pablo VI y Juan Pablo I, es uno de los centros más prestigiosos de la Iglesia, por donde pasan muchos de los sacerdotes mejor dotados del mundo.