El Partido Popular acusa a Javier Arenas de ser el filtrador
Semana clave para el Partido Popular. La cúpula de Génova ha vivido siete días de verdadera consternación a raíz de la detención de Francisco Granados y otras cincuenta personas dentro de la llamada ‘operación Púnica’.
Tras el ‘shock’ inicial, la dirección del partido se puso en marcha. Movilizó a sus terminales para intentar detener el golpe y que el escándalo afectara lo menos posible a la organización. Fueron momentos de agitación y nervios.
Sin embargo, un hecho desconcertó en la casa. El PP descubrió que no todos los dirigentes actuaban unidos. Hubo especialmente un personaje cuya actitud y movimientos no gustaron en Génova: Javier Arenas.
Según le cuentan a El Chivato, en la sede nacional del PP acusan al vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP de haber actuado como “un filtrador”.
Los datos reunidos por la cúpula del partido señalan concretamente a Javier Arenas como la persona que fue contando a algunos periodistas la versión de que los escándalos de corrupción estaba provocando “caos” en el partido: había órdenes confusas, decisiones contradictorias, reacciones incoherentes…
Una interpretación malintencionada y sobre todo errónea, insisten desde el partido. La cúpula del PP estuvo en todo momento en contacto con Mariano Rajoy, que fue quien capitaneó toda la estrategia y fijó las directrices que se debían seguir.
Se acusa a Javier Arenas incluso de haber utilizado a trabajadores del partido para hacer llegar estos mensajes a la prensa. ¿Por qué? Internamente circula una hipótesis envenenada: Arenas podría estar aspirando a ocupar, de nuevo, la secretaría general.
“Pues lo lleva claro”, sentencian fuentes de Génova.
