Peces Barba esperaba que se produjera una avalancha de peticiones de que no dejara el Alto Comisionado

Le llega a El Chivato el comentario de que Gregorio Peces Barba, que en septiembre dejará el cargo como Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, esperaba que se produjera un movimiento pidiéndole que no se marchara.

Le llega a El Chivato el comentario de que Gregorio Peces Barba, que en septiembre dejará el cargo como Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, esperaba que se produjera un movimiento pidiéndole que no se marchara, una oleada de peticiones que finalmente no se ha producido. La indiferencia con que se ha recibido el anuncio de que renunciaba ha sido otro motivo de amargura y decepción en el cargo que abandona. En cuanto a los motivos de esa retirada, se comenta que, a sus 68 años, y siendo lo que ha sido, padre de la Constitución y presidente del Congreso, no tenía por qué soportar ataques de Alcaraz, del ABC o de Jiménez Losantos. Además, se considera que, con lo ha ido ocurriendo, y el desgaste sufrido desde que fue nombrado, su situación era ya irrecuperable. Además de eso, su continuidad en el Alto Comisionado le habría obligado a asumir los movimientos que está dando el Gobierno en relación con ETA, las posibles cesiones a la banda a cambio de un proceso hacia el abandono de las armas, unas medidas con las que, dada su trayectoria, no podía estar de acuerdo.

 

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