A pesar de ser ministro, Valeriano Gómez no pierde el contacto con sus viejos compañeros sindicalistas
El 20 de octubre, la vida de Valeriano Gómez dio un giro de 180 grados: alejado de la política desde 2006, cuando se marchó de la secretaría general de Empleo, Zapatero le llamó para sustituir a un calcinado Celestino Corbacho al frente del Ministerio de Trabajo.
Los analistas consideraron este nombramiento como una apuesta del presidente del Gobierno para acercarse a los sindicatos, ya que Gómez pertenece de siempre a la UGT, y además salió a la calle en la manifestación de la huelga general del 29-S.
Según le cuentan a El Chivato, el ahora ministro de Trabajo ha sacado tiempo para seguir reuniéndose con sus compañeros de sindicato. Su deseo es mantener el contacto con ellos, y así explicarles también, en primera persona, el porqué de algunas decisiones, pasadas o futuras, del Gobierno en materia laboral y económica.
Con ese objetivo, el 20 de enero se reunirá con los diputados del Grupo Socialista en el Congreso. Muchos de ellos, también pertenecientes a UGT, no están de acuerdo en la reforma de las pensiones propuesta por el Gobierno y quieren escuchar la versión del Ministro.
El propio Valeriano Gómez ha confesado a algunos compañeros de sindicato que le cuesta mucho apoyar medidas como ésta, pero que “no le queda más remedio” por el cargo que ahora ocupa en el Gobierno.