La crisis económica y la parábola de los buitres

Termina septiembre, y en las sierras de España, de forma especial en Sierra Morena, montes de Toledo, montes de Extremadura… está terminando la berrea y esos aguardos inolvidables de jabalí.

Mirando al cielo, en días claros era muy fácil ver grupos muy numerosos de buitres dispuestos a disfrutar de la carroña de algún animal que fue herido y ha ido a morir al fin del mundo o se ha retirado a beber; lo pide el derramamiento de sangre, en alguna reserva cercana o en ese coto que esta perfectamente guardado.

Hasta ahora, los disparos en berrea o en aguardo han sido muy aislados. Pronto comienzan las monterías, a partir el 12 de octubre en general, y los buitres tendrán mas carroña en el monte porque se habrán pegado más tiros y habrán quedado más animales moribundos por nuestras sierras.

En septiembre, buitres unido en gran numero; a partir de la época cinegética, los buitres más separados, menos bandos y de grupete en grupete.

Valga esta comparación para ver lo que está pasando en el mundo financiero, donde hay carroña. Buitres en grandísimos bandos por ahora, que luego se irán segregando para disfrutar del festín de animal muerto, a muchos kilómetros de distancia de donde se hizo el disparo.

Esto ha pasado siempre, pero ahora los buitres acechan a los arruinados y a bancos con botín que se quieren quitar de encima cuanto antes. Aún los buitres están en grupos numerosos, porque ven que el festín todavía puede ser más fácil para bien entrada la temporada cinegética para diciembre o en los dos primeros meses de 2009.

Buitres son para las cajas los inspectores del Banco de España, que están volando por los entresijos de muchas cajas de España.

Buitres son aquellos bancos que ven que cada día tienen mas morosos y dan órdenes de hay que recuperar y tirarse por la presa antes de que quiebre. Véase cómo alguno de los grandísimos bancos ya tiene una morosidad del 7 por ciento en la ciudad de Alicante y se aproximan al 7 por ciento en Andalucía.

Buitres son los que estarían dispuestos a pagar por Galletas Cuétara y Dátiles El Monaguillo y Caramelos Pistolín en torno a 100 millones de euros, cuando esas mismas empresas se compraron en este siglo por 120 millones, y ya han pasado más de 6 años de su compra.

 

Buitres son, para algunos, los despidos masivos que se van cobrando las empresas grandes, y de dos a tres trabajadores en las pymes, que son el tejido real de este país.

Buitres son los letrados que han comprobado, como todos los septiembres, que tenían que llevar al juzgado a los recalcitrantes morosos de tarjetas de El Corte Inglés, y que la cifra este septiembre se ha multiplicado por diez. Tal vez porque en agosto se dieron un festín pensando que en septiembre ya le intervenían sus tarjetas e irían al juzgado.

Buitres son los que ven desde todo lo alto oportunidades en los bancos para comprar a dos pesetas, porque los bancos se quieren desprender de las fincas rústicas importantes, o de terrenos de promociones y de pisos. Los responsables de patrimonio en los bancos otean si algún consejero de la entidad puede estar interesado en una gran finca por los montes de España o de terrenos o pisos singulares.

Se vuelve a producir una desamortización laica, como en tiempos de Franco, cuando muchas familias singulares se quedaron por dos perras con grandes fincas: El Águila, El Rincón, La Rocosa, Moratalla, La Mata, El Alta, El Río, La Gravilla, Las Mesas, El Pisón, Las Colonias, Cerezos, Casas Viejas, Los Chozos, La Burgalesa, San Adrián, Pizarra, Las Canteras…

Seguro que muchos de los que lean estos nombres conocen alguna finca rústica que en tiempos de crisis se vendió por alguna entidad financiera o noble arruinado, acosados por los bancos, por un precio módico en Castilla, Extremadura, Andalucía, Albacete, Madrid, Toledo o Cuenca.

Ahora, que pregunten quién tiene las fincas de Luis Portillo, porque seguro que también habrá otras por Zamora, otras por Burgos…

Todos buitres al acecho de un quebranto para tener un nuevo festín. Buitres que todavía esperan posarse en los patrimonios de cajas y bancos o morosos recalcitrantes que se rompen en el campo de Extremadura entera, en Sierra Morena, Burgos, sierras de Toledo, toda Ciudad Real, Salamanca, Córdoba, Sevilla, Cuenca o Albacete, de esta piel de toro.

Familias tradicionales de media España se quedaron con estas fincas, pero bastaría comprobar que ahora se avecina una nueva desamortización civil, mientras los huesos financieros de España tienen una metástasis en fase terminal. Y lo peor: sin tratamiento, que por otra parte es difícil porque es un nuevo cáncer económico y con síntomas muy nuevos.

Ya sólo queda berrea en la zona del Pirineo de Huesca, Navarra, Burgos, algo en Salamanca… En la España mediterránea, lo mejor fue el último fin de semana. Ahora, ya los buitres comienzan a separarse: hay más botín para todos, solos o acompañados.

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