Los periodistas que acuden a Moncloa están que trinan: ruedas de prensa ‘cocinadas’ y facilidades a los medios amigos
Hay bastante revuelo entre los profesionales que cubren la información del Gobierno y, particularmente, entre la prensa acreditada para la cita semanal de los viernes que se convoca tras el consejo de ministros en La Moncloa.
Se trata de periodistas veteranos, acostumbrados a lidiar desde hace años con este tipo de convocatorias y que, todo hay que decirlo, estaban bastante satisfechos con el buen tono general con el que comenzó la legislatura. Pero a su modo de ver, las cosas han cambiado.
El Chivato ha podido constatar el enfado de varios de ellos, que acusan ahora al Ejecutivo del trato que están recibiendo. Se habla de ruedas de prensa ‘cocinadas’. Es decir, de maniobras para controlar los tiempos, los temas y hasta las propias intervenciones.
Algún afectado ha acusado estos días a Soraya Sáenz de Santamaría de haberse ‘pujolizado’, en alusión al ex presidente Jordi Pujol, un maestro en dirigir estas citas, en premiar a los amigos y gestionar las preguntas dando vida al ya popular “esto toca y esto no toca”.
La última reunión del pasado viernes día 13 fue especialmente tensa en Moncloa. Se trató el macro-plan de ajuste del Gobierno y no gustó nada el orden en el que se escogieron las intervenciones de los periodistas.
-- “Se está dando la palabra sólo a los medios afines, cuyos representantes son invitados a sentarse en filas preferentes para facilitar la localización por parte de la vicepresidenta”, se ha escuchado decir entre los informadores.
De este modo, añaden, los medios críticos o menos favorables a las tesis del Ejecutivo, suelen quedar para el final o, directamente, no se les da la palabra. Tampoco ha gustado el retraso cada vez más habitual en el inicio de las comparecencias.
La indignación de algunos veteranos profesionales llegó a tal punto que hubo incluso un connato de rebelión que no pasó a mayores. No obstante, el precio a pagar por un plante es considerable: el Gobierno podría retirar la acreditación a los ‘revoltosos’.
