Aurelio Ruiz Enebral

Conjugación de “bulo”: Buloe, Bulemos...

Firma del pacto PSOE-Podemos.
Firma del pacto PSOE-Podemos.

Así que el asunto son los bulos, eh. Qué intelectual queda desde hace años lamentar “la desinformación”. Uh, ah, “las fake news, amenaza para la democracia”, puede decir cualquiera muy campanudamente, y colgar de ahí todo tipo de obviedades.

Dice un refrán popular que me acabo de inventar que si no puedes con tu enemigo, invéntate otro. Así que #ElGobiernoDeLaDignidad, como desgraciadamente no puede por ahora vencer al coronavirus, ha señalado otro objetivo a batir: las fake news, bulos, trolas, paparruchas que diría un señor de antes.

El engranaje ha demostrado estar bien engrasado. Fue denunciarlo el PSOE en Twitter y varios ministros en rueda de prensa, y rauda acudió la Fiscalía General del Estado de la inefable Dolores Delgado, de quien no termino de recordar si vinculación con el Gobierno actual. A ver si caigo antes de acabar el artículo.

Cinco años de cárcel, así que ándese con ojo, ha avisado el Ministerio (desde luego...) Público.

Y claro, uno no puede más que pensar en las oportunidades perdidas, en todos los bulos que ha dejdo escapar la nueva Inquisición.

Qué decir, por ejemplo, de Pablo Echenique, que hace poco denunció ante la misma Fiscalía la existencia de una “organización criminal” que estaría difundiendo “injurias contra las instituciones”. Los que quieren derogar las injurias a la Corona, oiga, como lo oyen.

El caso es que Echenique sabe bien de lo que habla. En octubre de 2018 publicó en Twitter que Albert Rivera se había negado a pasar un control antidroga en un aeropuerto. Poco después tuvo que escribir: “Parece que las primeras informaciones eran incorrectas y la prueba de trazas no detectar drogas, sólo explosivos”. Ay, pero qué risas con Rivera y las drogas eh, ja ja ja, qué bien lo pasemos.

De informaciones y datos falseados, esos que ahora se persiguen con el celo de Torquemada, sabe mucho Podemos. En un programa electoral cifró en 48.000 millones de euros el coste anual de la corrupción en España, y en las siguientes elecciones, ¡pop!, ya eran 90.000 millones y dos huevos duros.

Tampoco el PSOE se queda atrás. En general los partidos políticos suelen tener una relación complicada con la verdad, y los socialistas no son la excepción.

 

Cómo olvidar que basaron la moción de censura contra Rajoy en unos párrafos de la sentencia sobre el ‘caso Gürtel’ que la propia Audiencia Nacional consideró después que nunca se deberían haber incluido.

Quién podría pasar de largo ante aquella promesa que, en el debate de esa moción de censura, hizo Pedro Sánchez desde la tribuna del Congreso, que debería ser un lugar sagrado para la verdad: “Recuperar la normalidad política, regenerar la vida democrática, poner en marcha una agenda social y convocar elecciones”.

Lo dijo antes de ganar la moción de censura el 1 de junio de 2018. El 18 de ese mismo mes (una inmensidad de tiempo), el presidente se negó a sí mismo. “Aspiro a convocar elecciones en el año 2020, a agotar la legislatura”. Lo dijo impasible el ademán en una entrevista en TVE y ni se le movió la sonrisa un milímetro.

Preocupan los bulos a las izquierdas, parece. Si hubo unos días fecundos para esa especie fueron el 1 de octubre de 2017 y sucesivos. Junto a imágenes reales, rularon fotografías editadas, antiguas o incluso de fuera de España, que mostraban cargas de antidisturbios, manifestantes heridos y demás “brutalidad policial”.

¿Se acuerdan de las denuncias y peticiones que hicieron el PSOE y Podemos para perseguir esos bulos? ¿Se acuerdan de las veces que han puesto el grito en el cielo ante esa fábrica de mentiras y tergiversaciones que es el procesismo independentista catalán? Yo tampoco.

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