Por la boca…Si las paredes hablasen

Manuela Carmena e Íñigo Errejón.
Manuela Carmena e Íñigo Errejón.

Todos sabíamos de la preocupación de Carmena por el revoco y adecentamiento de los edificios públicos de Madrid. Lo que no sospechábamos es que el adecentamiento de la Casa de la Panadería, se iba a convertir en un “indecentamiento”.

Es curiosa la fiebre que tienen EL y ELla, por la cosa de la construcción y de la vivienda. Si EL está preocupado por los artículos de nuestra Constitución referentes al alojamiento de los españoles, a ELla le entusiasma que las paredes hablen. Se pensaba que sus ansias por la cosa arquitectónica, quedaban satisfechas en la sierra de Madrid, pero ya se ve que no.

Todos sabíamos de la preocupación de Manuela Carmena por el revoco y el adecentamiento de los edificios públicos de la capital. Lo que no sospechábamos es que el adecentamiento de la Casa de la Panadería se convertiría en un “indecentamiento”.

Porque indecente es lo que ha ocurrido en la Plaza Mayor de Madrid, en plena campaña electoral (o lo que sea), con la proyección de los papeles de Bárcenas, por mucho informe técnico y por mucho desconocimiento de los contenidos del evento callejero, por parte de Manuela Carmena.

Ahora, la severísima Junta Electoral -la de los 3.000 euros de multa a Torra por lo de los lazos “amarillo pollito” de los independentistas- tomará cartas en el asunto y, allá por los albores del S.XXII, multará al partido de EL y ELla con otros 3.000 euros que, posiblemente y dada su enorme cuantía, pueden hacer peligrar el pago de la hipoteca del predio serrano.

Pero la indecencia ya está consumada, el mensaje enviado y el objetivo conseguido con creces.

Hay que reconocer que EL y ELla, puestos a adecentar la vida política española y a sacar los colores a la casta, lo hacen a las mil maravillas y que eso de que las paredes hablen es de lo más original y supone toda una innovación en los reclamos públicos para conseguir votos.

Lo que pasa es que tan ingeniosa acción, hace sospechar que muy mal deben de andar las encuestas internas del partido de EL y de ELla, cuando deciden recurrir a indecencias semejantes, haciendo hablar a los muros señeros de la historia de Madrid.

Y bien está, como dice ELla, que hablen las paredes.

 

Pero todas las paredes, no solamente las que deciden EL y ELla y las que convienen a nosotros y a nosotras.

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