Javier Fumero

Les dejo pero en buenas manos

verano
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Los más veteranos lectores de este blog ya sabrán de qué va la pieza de hoy. Llega el mes de julio y salgo de vacaciones. Abandono temporalmente esta columna y retomaré ‘las hostilidades’ en agosto. Está aquí al lado.

Llevo años con esta costumbre de salir de viaje al inicio del verano. Y por lo pronto, me considero un privilegiado por poder permitirme en estas fechas interrumpir el trabajo para desconectar. De ahí que emprenda este periodo con una extraña sensación de aventajado.

Me voy dejando España sumida en la incertidumbre. No hay gobierno en ejercicio, ni visos de que lo haya en tiempo razonable. Me temo que, a mi regreso, esta incógnita no estará todavía resuelta.

Todo esto es debido a los ‘nuevos tiempos’, a esta nueva etapa de la vida política española que nos ha abocado al manejo de la aritmética parlamentaria. Mi impresión es que, de momento, nuestros políticos suspenden en esta asignatura. Pero no soy pesimista: finalmente habrá fumata blanca.

Mi pronóstico es que habrá gobierno del PP en Madrid, con el apoyo de Ciudadanos y Vox. Teodoro García Egea deberá demostrar algo más de habilidad y Díaz Ayuso tendrá que hacer concesiones. Pero creo que Ángel Gabilondo pasará a la oposición y hará las maletas más pronto que tarde.

En clave nacional entiendo que Pedro Sánchez va a forzar la máquina todo lo posible. Jugará con el tiempo para lograr fundamentalmente dos objetivos:

-- Uno: achicharrar a Albert Rivera, que está sometido a una presión (interna y externa) como nadie se imagina. El PSOE se puede cobrar la cabeza del líder de Ciudadanos y terminar cerrando un acuerdo de amplio respiro con los naranjas para toda la legislatura. Este el pacto que prefiere Ferraz. Y el IBEX 35, por cierto.

-- Dos: cocer a fuego lento a Podemos y especialmente a su líder Pablo Iglesias, que vuelve a optar por una actitud que difiere mucho de la estrategia que emplearía Iñigo Errejón si ocupara su lugar. Este frente también lo quiere explotar el PSOE en pleno desmoronamiento del partido rival.

Iván Redondo y Pedro Sánchez juegan la baza de unas nuevas elecciones generales en otoño. Ya lo hizo Rajoy en 2015 y no le fue mal. Pero los sondeos de opinión son distintos en esta ocasión: el PSOE sube en los pronósticos, es cierto; pero también lo hace el PP. Caen Podemos y Vox. Es decir, que unos nuevos comicios no resolverían prácticamente nada. Pero con la amenaza se puede jugar.

 

Así que mi vaticinio es que en septiembre (a lo más tardar) habrá un acuerdo de investidura. Gobernará el PSOE y podremos volver a la normalidad política.

Sólo espero que, mientras tanto, ustedes también puedan tomarse un descanso. Para afrontar el próximo curso con las pilas cargadas. Es fundamental. Gracias por estar ahí, les dejo en muy buenas manos y nos vemos pronto.

Más en twitter: @javierfumero

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