Javier Fumero

Lo que persigue Pedro Sánchez: aniquilar a Podemos

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

¿Qué busca Pedro Sánchez con esta ronda de contactos de agosto que ocupa telediarios y portadas? ¿Por qué da una de cal y otra de arena? ¿Por qué arremete contra sus potenciales socios y flirtea con la derecha? ¿Es todo simple postureo o persigue un fin inconfesable?

He estado sondeando a ‘gargantas profundas’ y personas bien informadas para intentar responder a estas preguntas. Y la conclusión a la que he llegado es la siguiente. El presidente en funciones está desplegando una estrategia que persigue un único objetivo: aniquilar a Podemos.

Pedro Sánchez ha decidido aprovechar la victoria en las urnas para conjurar la principal amenaza que tiene el Partido Socialista a corto, medio y largo plazo: Unidas Podemos. Iván Redondo le ha aconsejado maniobrar con inteligencia, sin precipitaciones, para devorar al único partido que puede impedirle perpetuarse en La Moncloa en los próximos años.

Esto explica lo que sucedió durante la sesión de investidura del pasado mes de julio. Y esto explica el plan que va a desplegar en las próximas semanas. Por partes:

a) El pasado 25 de julio fracasó la investidura del líder socialista. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, Pedro Sánchez no está apesadumbrado. No lo considera una derrota. Era una de las opciones contempladas dentro de esta estrategia global de la que hemos hablado.

La partida que se jugó hace tres semanas, analizada desde La Moncloa, es la siguiente. Lo que se logró fue situar a Unidas Podemos frente a una tesitura de la que no podían salir vivos: si aceptaban la última propuesta de Pedro Sánchez (gobierno de coalición, con un Podemos pisando alfombra pero diluido), sentenciaban a la formación morada que pagaría en el futuro su seguidismo al PSOE; si votaban sí pero quedándose en la oposición, victoria también de los socialista con un gobierno monocolor que arrasaría por la izquierda; y si optaban por la abstención final para impedir un gobierno socialista (que fue lo que sucedió) se arriesgan a una aniquilación total el 10-N, como auguran todas las encuestas si se repiten las elecciones.

b) ¿Y ahora? Ahora Pedro Sánchez asegura que comparte el parecer del Rey Felipe VI: lo más pernicioso para el país es una nueva cita con las urnas. Sin embargo, sus decisiones y proclamas no secundan ese relato: arremete contra Podemos asegurando que no son de fiar mientras les pide ayuda con la otra mano. No parece que busque un acuerdo. Efectivamente, la hoja de ruta sigue siendo la misma: o Podemos cede a un gobierno socialista todopoderoso (mal para la formación morada) o volvemos a votar (y peor para Unidas Podemos).

En cualquiera de los casos, como pueden ver, hay un jaque mate a Podemos. Esto es a lo que está jugando Pedro Sánchez, según explican desde su entorno.

Más en twitter: @javierfumero

 
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