Discriminación por la lengua: nos exigieron pagar 50 céntimos más en el museo de Capdella por pedir la explicación en castellano

Empezaré apuntando que soy catalán, vivo en Barcelona y trabajo de cara al público, pero, el pasado sábado, pasé vergüenza ajena por la siguiente situación: con un grupo de familiares y amigos residentes en Huesca nos dirigimos a la Vall Fosca, concretamente al Museu Hidroelectric de Capdella. En total fuimos 14 personas, una de los cuales, incluso, había trabajado hacía muchos años en la construcción de dicha central hidroeléctrica. Nos dirigimos a la taquilla para solicitar una visita guiada y se nos indicó que el precio era de 3,50 euros. Accedimos al pago indicando que, por no tener algunos un gran conocimiento del catalán, por favor, se nos dieran las explicaciones en castellano. Parecía que así iba a ser, pero apareció una pareja ajena a nuestro grupo y, de forma algo exaltada y arrogante exigió que la guía diera las explicaciones en catalán. Nos quedamos un poco boquiabiertos, pero cual fue nuestra sorpresa que, la misma guía, para contentar a la pareja recién llegada, nos exigió que, para una visita guiada en castellano, abonáramos 4 euros en lugar de los 3,50 reclamados con anterioridad.

Ante tal discriminación, falta de cortesía y ausencia de sentido común nos dimos la vuelta y nos marchamos. Es la primera vez que en un lugar público o privado veo tarifas diferentes por tratarse o dar servicio a un cliente en un idioma o en otro.

Guillermo Moya Torres y 13 personas más.

 

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