Soy hindú y todas mis ilusiones de estudiar una licenciatura en Madrid han caído al vacío: el colegio dónde he estudiado siempre me ha suspendido una asignatura optativa a propósito e injustamente

Me llamo Sushil Hiranandani Premchand, nací en Las Palmas de Gran Canaria el 12 de Mayo de 1990, tengo 18 años y he sido víctima del colegio San Antonio Maria Claret de Gran Canaria en este pasado curso 07/08. Llevo siendo alumno de éste colegio desde 1994, y hasta ahora nunca había tenido que ir a los exámenes extraordinarios de septiembre pues mis notas siempre fueron de notables y sobresalientes. Es cierto que la calidad de mis notas en 2º Bachillerato han bajado pero también lo es que siempre fui un alumno ejemplar, un señor como me decían muchos de mis profesores y compañeros.

Llegué a 2º de Bachillerato y mis compañeros me eligieron delegado del curso, momento desde el cual me convertí en el centro de todas las críticas de los profesores del colegio. Denuncié al colegio en varias ocasiones porque éramos 41 alumnos en la misma clase, las infraestructuras del aula eran pésimas, hacía mucho calor y con el ruido de la calle y de los ventiladores no se podía atender en clase porque a los profesores no se les escuchaba. Conseguimos mejorar algo, subir la pizarra, un escalón para poder llegar a ésta y nos arreglaron las cortinas.

Al llegar los exámenes de junio, para los cuales había estudiado mucho, salí contento de todos ellos menos de economía que sabía que no me había salido muy bien. A la hora de las notas, para mi sorpresa tenía ¡tres suspensos!, un 4 en geografía, un 4 en historia del arte y un 3 en economía. Fui a ver los exámenes y en historia del arte me figuraba un 4,3 y estaba suspenso cuando a otros compañeros con notas inferiores a la mía se les regalaron algunos puntos.

En la convocatoria de septiembre a la que desgraciadamente tuve que acudir, fui muy seguro de mí mismo y el día de los resultados me llevé otra tremenda sorpresa, un 6 en economía, un 8 en geografía y un 2 en historia del arte. Estas dos últimas asignaturas las imparte el mismo profesor, Don José Alberto López Henríquez, así que me suspendió historia del arte sin motivos y me regaló puntos en geografía para que no se le notase tanto.

El día 5 de septiembre de 2008, el mismo día que me dieron las notas, fuimos mi madre y yo a hablar con el profesor y ver el examen. Según sus plantillas de corrección mi examen tenía un 2,5. En la conversación que mantuvimos, él mismo nos dijo que a otros alumnos sí les había regalado puntos y que éstos aún no le habían dado las gracias. Luego nos empezó a hablar sobre la honestidad y su credibilidad, y me advirtió que si reclamaba,( cosa que es un derecho que todos los alumnos tenemos,) me dijo que no conseguiría nada y que además actuaría como una persona deshonesta. También me amenazó diciéndome que en caso de reclamar no me volvería a saludar por la calle, y que si repito pues que durante el curso me iba a ignorar, sabiendo ya que iba a volver a ser profesor mío. Entre otras cosas insultó a mi madre llamándola “mala madre” y “deshonesta” por permitirme reclamar mi nota. Además, se permitió el lujo de afirmar que una vez fuera del instituto tampoco me saludaría porque no olvidaría mi falta de honestidad (un poco infantil y poco profesional, creo).

Siendo el lunes día 8 de septiembre festivo en Gran Canaria por la festividad de nuestra patrona la Virgen del Pino, el martes día 9, mis padres fueron a hablar con el director del colegio, el Padre Sebastián Plaza para ver mi historial. El director no se molestó en verlo, y dijo que él conocía a muchos niños que mentían a sus padres. Y digo yo: ¿por qué tienen que pagar justos por pecadores? De ahí, mis padres fueron a la sección del colegio en la que yo estudiaba, ya que está reservada a los alumnos mayores para hablar con el director pedagógico, Don Alfredo López quien tampoco quiso ver mis notas de junio ni mi historial académico. Incluso antes de la junta de evaluación ya me daba por suspendido ante mis padres, tratándose sin tener en cuenta que se trata de un caso extremo en el que tendría que repetir un curso completo con una asignatura optativa.

Ante tanta negatividad del colegio, fui con mi madre al día siguiente a la Consejería de Educación para que me volvieran a revisar el examen, ya que habían pasado 48 horas de la primera reclamación presentada en el colegio y aún no había recibido respuesta alguna. El inspector de zona que nos había tocado, Don Eugenio Sánchez Velázquez tenía fama de ser uno los más comprensivos. Tras presentar la reclamación en la consejería fui al colegio a ver si ya tenían los resultados que me habían dicho. Los recibí, y lógicamente salieron negativos; entonces me dijeron que tenía que presentar una segunda reclamación en el colegio ante la dirección, y la presenté sin problemas. En el momento en que la presenté, el director me dijo claramente que estaba todo en sus manos y si quería aprobarme lo haría y si no pues no, y que al día siguiente, jueves a las 10 de la mañana, viniese a buscar los resultados.

El jueves salí de casa con mis padres a las 8 de la mañana y a las 8 y media estábamos hablando con el inspector, que nos atendió espléndidamente en tres ocasiones durante la mañana y nos dijo que el viernes a primera hora había convocado a profesores de la materia en su despacho para volver a revisar los exámenes de junio y septiembre conjuntamente con mi historial académico. Me dijo que el viernes antes de las 2 tendría respuesta ya que el martes tendría que hacer la PAU. Tras la reunión me dirigí al colegio a recoger la respuesta a la reclamación presentada en dirección. Eran las 11 menos cuarto. Una hora más tarde, a las 12 menos cuarto me llamó la secretaria para que fuese a firmar que había recibido los informes.

Durante todo el día del viernes no recibí ninguna llamada de la Consejería de Educación; mis padres fueron a ver al inspector para ver qué había pasado y éste no se dirigió a ellos en ningún momento, alegando que no era su deber atenderles, que su labor ya la había hecho y que ya recibiría una llamada. El inspector en menos de 24 horas había cambiado radicalmente su comportamiento.

 

Obviamente, el fin de semana no podía solucionar nada, pero decidí seguir estudiando (llevaba todo el verano preparándome para la PAU) porque confiaba en la Consejería y en su buen juicio. El lunes a primera hora nos presentamos mis padres y yo en la consejería para ver qué debíamos hacer, y si debía aun seguir estudiando para la Pau que tendría al día siguiente. Teníamos intención de hablar con el director territorial de educación, Don Julio Gutiérrez que era la persona a la que se le trasladó mi reclamación tras ser desestimada por el inspector, conseguimos hablar con su mano derecha y le explicamos de primera mano la situación tan dramática que vivíamos, y simplemente nos dijo que a lo largo del día nos informaría.

A las 5 de la tarde del 15 de septiembre me llaman al móvil y me dicen que mi reclamación volvía a ser desestimada. En ese momento todas mis ilusiones de estudiar en Madrid una bilicenciatura de Derecho + Ade cayeron al vacío, por una asignatura optativa suspendida a propósito e injustamente, tendría que repetir un curso completo sin poder estudiar lo que me gusta y causándome un trauma difícil de superar, ya que alumnos peores que yo habían pasado de curso mientras yo me quedaba estancado en una asignatura que tampoco era la que yo iba a escoger en PAU.

Tras tantos años en el mismo colegio sin haber causado el mínimo problema, una trayectoria brillante, haber conseguido premios y contribuido a elevar el nivel del colegio a ser el mejor colegio de Canarias, no se tiene un mínimo de consideración en un pequeño bache que he tenido. Por eso quiero dejar claro que aquí que en este colegio posiblemente hayan muchos trapicheos a espaldas del público, y eso no es lo que debería caracterizar a lo que llaman el mejor colegio de Canarias. Esta historia tiene un final, ese final es que aquí ha habido una víctima injusta, y en este caso soy yo. Pido ayuda urgente,( y no un favor) para que se haga justicia.

¿Es malo ser delegado y denunciar los derechos de mis compañeros por ser 41 personas en una jaula? ¿Nos metió el colegio a 41 en una clase con fines lucrativos y no se preocupó de la situación de los estudiantes? ¿Por qué existe diferencia entre los hijos de los profesores, director, y los demás? ¿Cuándo mi informe se suponía que estaría preparado a las 10, por qué lo recibí a las 12? ¿Me lo cambiaron? ¿Qué paso con el inspector que el primer día se portó tan bien y al siguiente no nos quiso atender? ¿Son los claretianos más poderosos que los de la Consejería de Educación? ¿No se supone que los inspectores son los defensores de los estudiantes? ¿Por qué con mi gran historial académico estoy suspendido por los inspectores en una asignatura optativa, cuando ellos aprueban a otros alumnos incluso con 2 suspensos en asignaturas obligatorias? ¿Por qué el profesor sabía de antemano que la reclamación sería desestimada?

A comienzos de este curso 08/09 parece ser que el profesor de historia del arte Don Jose Alberto López Henríquez, enseñó mis notas y las de otro compañero a un curso de 2º de Bachillerato para pedir opinión y saber si los alumnos pensaban como él. ¿Por qué busca apoyos en los nuevos alumnos? ¿Tiene la conciencia intranquila? ¿Por qué no enseña las notas de los que él ha aprobado? Yo espero que en el Claret no haya habido racismo, (soy hindú como mi nombre indica) pero no se qué ha podido pasar, porque algo raro sí ha pasado.

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