Ahora toca el ¡Váyase, señor Rajoy!

Del famoso ¡Váyase, señor González! ácida e intensamente esgrimido en su día por el Partido Popular, hemos pasado al ¡Váyase, señor Rajoy!, ahora lanzado desde el PSOE. Y hasta amenaza con una moción de censura.

Dos veces en la historia de la democracia reciente ha sido el Congreso de los Diputados escenario de mociones de censura, una contra Adolfo Suárez, la otra contra Felipe González, mientras Rodríguez Zapatero se vio libre de amenaza semejante.

En los dos casos en que se presentó, el objetivo directo fue desgastar al rival, el presidente del Gobierno, porque las posibilidades de que las mociones salieran adelante eran nulas.

No está de más recordar en que vinieron a parar. La primera, interpuesta por los socialistas, desgastó casi definitivamente a Adolfo Suárez, aunque no lo derribó. La segunda, protagonizada por el líder del PP Antonio Hernández Mancha, condujo a la muerte política de este último.

Ahora el que dice que quiere intentarlo es Alfredo Pérez Rubalcaba. Por cierto, el mismo que meses atrás había pedido el cese del presidente del Gobierno, rectificó luego proponiéndole un amplio pacto de Estado, y que ahora vuelve a rectificar y retoma el ¡Váyase, señor Rajoy!

Evidentemente, si la moción se presenta y el debate tiene lugar, no habrá deposición del actual jefe del Gobierno, que no será sustituido por el líder de los socialistas. Lo que sí deberá analizarse son las consecuencias para los dos principales protagonistas.

Evidentemente, si hay censura, Rubalcaba se la juega. Por eso, no falta quien atribuye a una salida desesperada, dirigida a salvar su pellejo como máximo dirigente del PSOE, la iniciativa de la moción. Posiblemente tiene más que perder que ganar. Pero, si le sale bien, habrá revalidado de forma clara, y quizá definitiva, el liderazgo.

En cuanto a Mariano Rajoy, queda por ver si todavía recurre a alguna artimaña para evitarse el mal trago. Y no lo tiene tan difícil, porque le bastaría con comparecer voluntariamente en la Cámara, aunque ello suponga un humillación y hasta una cierta derrota política, no definitiva por supuesto.

Pero, si el debate se celebrara, Rajoy contaría, además por supuesto de la mayoría absoluta de que disfruta, con algunas bazas a su favor. Una de ellas, su acreditada capacidad parlamentaria, ya demostrada. Y otra que suele superar a Rubalcaba en los cara a cara. Además, podrá echar mano del argumento de fondo de que está ‘sacando adelante’ España y que eso es lo que le preocupa. Y esgrimir a las trapacerías en que incurrió el PSOE en el pasado, incluyendo el caso Filesa o las visitas de González y Rubalcaba al recluso Barrionuevo en la cárcel de Alcalá.

 

Por si fuera poco, muy posiblemente contará, si no con el apoyo, sí con el voto en blanco de Convergencia, acosada ella misma por asuntos como el ‘caso Palau’, el ‘caso Casinos” y el ‘caso Pallerols’.

Con todo, las mociones las carga el diablo. Y, a pesar de esa sólida mayoría de que goza, las consecuencias políticas para Rajoy pueden ser también demoledoras. Desde luego, lo serán mediáticamente. Si hay moción de censura, claro…

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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