Davos es un gran fracaso

Se está celebrando en Davos (Suiza) la reunión del famoso foro mundial que lleva su nombre. Un conclave que ha fracasado estrepitosamente.

Teóricamente, allí se congregan los principales cerebros económicos y políticos del mundo, y, teóricamente, para organizar el mundo.

Sin embargo, no fueron capaces en su día de pronosticar la debacle que se avecinaba, no lo han sido posteriormente para proponer las medidas que lo evitaran, y no lo están siendo ahora sobre qué hacer para salir del marasmo económico.

Christine Lagarde, la directora del FMI, acaba de proclamar que el mundo afronta una crisis semejante a la de los años treinta.

Así pues, a la vista de la imponente falla económica, que afecta a prácticamente todo el planeta, y de la falta de soluciones, hay que concluir que esos grandes cerebros han  fallado de la manera más lastimosa.

El propio fundador del foro, Klaus Schwab, lo ha reconocido: “Hemos fracasado, al no haber sabido aprender las lecciones de la crisis financiera del 2009”.

Ahora están debatiendo sobre el capitalismo. Sobre ‘este’ capitalismo, el que ha primado en las pasadas décadas, responsable último de lo acaecido. Hablan de refundación del capitalismo, de nuevo modelos, de mayor responsabilidad social, de sistemas comerciales más abiertos, de cuentas públicas sostenibles, de cómo aumentar el empleo, de evitar las desigualdades, de convertir a los países emergentes en las nuevas locomotoras…

Las previsiones sobre el resultado de lo que se aborde en Davos no resultan optimistas, ni mucho menos.

Es que el propio Foro elabora un índice de confianza global, según el cual seis de cada diez encuestados dudan de la capacidad de los líderes políticos para afrontar la situación que amenaza al mundo.

Pues eso.