Ni Mas ni Durán sobrevivirán

El tremendo fiasco político sufrido por Convergencia en Cataluña, con el desastre electoral del 25 N, no va a quedar sin consecuencias. Previsiblemente, ahora se guardarán las formas, dejarán correr el agua durante un tiempo, pero al final se cobrarán las facturas pendientes. Y el precio resultará caro.

Artur Mas ha protagonizado una aventura fracasada, que ha dejado herida a su coalición, pero también el propio independentismo como tal. Y eso, en política, se paga. Como lo pagó, por cierto, su colega Ibarretxe cuando inició un camino semejante, fracasó, y ha quedado laminado.

Así pues, pronostico que el líder de CiU, y presidente catalán in pectore, no sobrevivirá políticamente a la peripecia que ha promovido. Y no será desde fuera desde donde lo derribarán, sino desde dentro, desde su propia formación.

Y lo mismo pienso que va a ocurrir con la otra figura de CiU, mucho menos relevante porque Unió apenas es un apéndice marginal. Me refiero a Josep Antoni Durán y Lleida.

Él tampoco sobrevivirá a los acontecimientos previos y a la debacle del 25 de noviembre. Sus titubeos, sus chalaneos, la inicial imagen de reticencia hacia el independentismo y los equilibrios que ha realizado para tragar el programa de la coalición, le han dejado muy tocado en Cataluña, lo mismo que en el resto de España. Y es que en asuntos vitales las tibiezas no suelen ser de recibo.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

 
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