Rajoy tiene que dar una salida a Cataluña

“Para las cuestas arriba quiero mi burro, que las cuestas abajo yo me las subo”, dice una conocida frase popular.

Lo quiero aplicar a los políticos españoles, y a los graves problemas que sufre este país, para demandarles que encuentren soluciones. No me basta con que constaten las dificultades y las identifiquen, no sirve de nada que lamenten la mala racha o que echen la culpa a los anteriores, lo que se espera de ellos es que lo resuelvan.

Gobernar cuando el viento sopla de popa resulta muy sencillo y para esas situaciones no hacen faltan demasiados patrones. Sí se precisan, en cambio, cuando hay que navegar con el aire a la contra.

Uno de los grandes desafíos que debe afrontar España es el futuro de Cataluña. Y lo que no debería ocurrir es que el trágala final acabe siendo independencia o insumisión.

Se ha publicado que Artur Mas empieza a dar pasos hacia atrás en su caótica deriva independentista. ¿Acuciado por el ahogo económico que sufre esa autonomía y por la necesidad de recurrir a la ayuda del Estado? Puede ser. Pero lo relevante es ese atisbo de rectificación.

Si ello es así, ha llegado el momento de que el Gobierno de Mariano Rajoy lance un nuevo mensaje a Cataluña. Distinto de la línea mantenida hasta aquí. Ha de dar una salida. Lo apunto y me sumo, a pesar de saber que con una opinión así tal vez no consiga demasiados amigos.

He escuchado recientemente a destacadas personalidades catalanas afirmar que con la cerrazón no se va a conseguir nada. Si no se le dan vías de escape, Artur Más se verá abocado incluso al suicidio. Por eso repito que ha llegado el momento de los políticos grandes.

Las personalidades citadas recuerdan que el programa electoral de Mas para 2010 era el Pacto Fiscal. Aquel no rotundo que escuchó de Rajoy durante la famosa entrevista en La Moncloa, junto con la espectacular manifestación de la Diada, condujo al líder de CiU a apostar por la deriva independentista.

Descartan mis interlocutores que llegue a celebrarse un referéndum de independencia en esta legislatura. Entre otras cosas por la baza de Unió, que se separará de Convergencia antes que sumarse a la vía separatista. No habrá consulta a los catalanes, pero sí disolución anticipada y convocatoria de elecciones.

 

Según esas fuentes catalanas, si desde el Gobierno no se abre alguna puerta, si no se dan opciones, lo que ocurrirá es que a esa cita electoral se presentará una candidatura unitaria CiU-Esquerra, que conseguirá el 60% de los sufragios. Y a continuación, con el voto mayoritario del Parlament, plantearán la independencia. Y entonces ¿qué dirá por ejemplo Europa ante una voluntad mayoritaria expresada democráticamente? Es la vía que se siguió en Kosovo.

La mayoría de los catalanes no quieren ‘marcharse’ de España. Pero sí se encuentran incómodos en la actual situación, y demandan otro modo de estar en España. ¿El Pacto Fiscal? ¿Por qué no? Se podría negociar. O cualquier otra posibilidad. Lo que no parece solución es la puerta cerrada.

Por eso digo que Rajoy tiene que demostrar si tiene las dotes de político grande que su trayectoria y currículum hacen suponer. Porque acabar convirtiendo Cataluña en un nuevo Kosovo resultaría un enorme fracaso. Para él personalmente, pero sobre todo para la nación y el conjunto de los españoles. Y, por supuesto, para los catalanes.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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