Remover los huesos de Franco

Parece que se nos ha olvidado, pero los españoles, todos, hicimos un enorme esfuerzo, en la transición, por cerrar las puertas a nostalgias, heridas, recuerdos y posibles venganzas.

La decisión colectiva fue olvidar el pasado y mirar adelante. Aunque costara, porque para no pocos significó un enorme sacrificio. Pero se hizo.

Y resulta que, a estas alturas del siglo XXI, hay unos cuantos, incluso aunque sean muchos, empeñados en volver la mirada hacia atrás, hacia la guerra civil.

Lo he dicho más de una vez, y lo he dejado por escrito. Como español, me avergüenza lo que ocurrió en esas primeras décadas del siglo pasado: no dice precisamente mucho sobre este pueblo nuestro.

Que ¿a qué viene esto ahora? A las conclusiones de la llamada Comisión del Valle de los Caídos.

¿Creen, de verdad, los que la han promovido, singularmente el Gobierno, que existe un problema por que la tumba de Franco se encuentre allí? ¿De verdad lo piensan?

¿Tanto como para que haya que proponer cambiar sus restos de lugar? Porque, con su propuesta, lo que van a hacer es provocar un conflicto donde no lo había. ¡Y ya son ganas!

¡Que pesadez con empeñarse en revolver el pasado! ¡Déjenlo estar!