Soraya Sáenz de Santamaría no es una ‘superwoman’

Soraya Sáenz de Santamaría me preocupa bastante.

Me preocupan su capacidad de resistencia, su salud, y que, como consecuencia, se resienta la necesaria eficacia de este Gobierno.

¿Por qué la inquietud? Porque, por lo visto, en este Ejecutivo la vice se encarga de todo, lo lleva todo, coordina todo.

Coordina la labor del Gobierno en su conjunto, pastorea los trabajos previos a los consejos de ministros, se ocupa de la economía cada vez que el presidente no puede hacerlo, tutela los grandes asuntos políticos, vigila la actividad parlamentaria, lleva las grandes líneas de la política de comunicación (por ejemplo, RTVE y el nombramiento de presidente de la Corporación), comparece todas las semanas ante los periodistas como portavoz del Ejecutivo… y hasta le reporta el CNI.

Cualquiera de los apuntes reseñados da para cientos de horas de dedicación, pero más aún de ocupación de cabeza.

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Puedo entender que Mariano Rajoy tenga tanta confianza en su número dos que haya caído en la tentación de encargarle de todo. Es una decisión cómoda para él, pero no me parece una buena idea.

Desde luego, no pongo en duda la cualificación intelectual y técnica de Sáenz de Santamaría. Tampoco su entusiasmo y vitalidad, ni su capacidad de trabajo. Pero es que la vicepresidenta no es una ‘superwoman’.

Y, como no lo es, resulta más que previsible que no aguante muchos meses así. Y entonces, ¿quién se ocupara de suplirle? Además, los elegidos empezarán de cero…

¿Y por qué en este preciso momento me hago todas estas reflexiones? Porque resulta que, tal como se cuenta en estas páginas, también se está encargando de organizar y coordinar cómo afrontar todo lo relativo a la huelga general del día 29.

¿No hay nadie más en el Gobierno?