Trampa a un diputado

Lo que le faltaba a la clase política, a la ya discutible fama de los diputados y al propio Partido Popular: la detención de un miembro del Congreso cuando iba a recoger un sobre con el dinero de un supuesto chantaje.

El diputado, Santiago Cervera, es uno de los contados miembros de Unión del Pueblo Navarro que se pasaron de UPN al PP cuando se produjo la ruptura entre las dos fuerzas hasta entonces coaligadas, escisión que, de rebote, llevó a la calle Génova a poner en marcha con sus siglas en la Comunidad Foral un partido que hasta entonces no había existido.

Santiago Cervera se puso al frente de la operación, lo cual le supuso, de inicio, un cierto costo personal y político porque el proyecto del PP en Navarra ha navegado en aguas procelosas. Pero al final recibió la recompensa de convertirse en diputado al Congreso, miembro de la Mesa, además de ser uno de los hombres de confianza del portavoz, Alfonso Alonso.

El episodio del supuesto chantaje, al menos tal como se está contando, resulta tan grotesco que, de no haber sido un hecho real la detención de Cervera cuando acudía a recoger un sobre con 25.000 pesetas escondido en un muro, resultaría absolutamente increíble.

El diputado argumenta que es víctima de una trampa. Bueno, pues, admitiéndolo, el hecho de acudir a semejante cita (ahí es nada, recoger un sobre escondido en un muro) sin tomar las más elementales precauciones ya constituye un acto de imprudencia tal que pondría en duda su condición de político y hasta su idoneidad para continuar ocupando un sillón en el Parlamento. Como mínimo.

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