El truco de la reprobación al presidente
Entiendo que el PSOE busque cualquier resquicio para aumentar el protagonismo político y para hacerse oír. Y sobre todo para desgastar a su principal rival, Mariano Rajoy. Pero lo del intento de votar en el Congreso una reprobación del presidente del Gobierno no tiene un paso.
Efectivamente, un anuncio semejante, bien condimentado por los medios, ofrece de entrada su aparente emoción. Porque suena muy solemne y muy fuerte eso de ‘reprobar’ al presidente del Gobierno. El problema es que tal empresa no es posible. Y la dirección socialista lo sabe perfectamente.
Ese trámite parlamentario no existe, no hay un vía para plantearlo, no está regulado en el reglamento de la Cámara. Y alguna otra vez que se ha planteado ha quedado descartado. A pesar de lo cual el PSOE lo anunció y lo vendió mediáticamente.
Al final, la realidad se ha impuesto: no habrá reprobación; ni siquiera intento de reprobación.
Lo que se esconde detrás de este truco político es la indecisión de Alfredo Rubalcaba y su equipo respecto a una moción de censura, que utilizaron como amenaza para instar a Rajoy a acudir al Congreso y hablar del ‘caso Bárcenas’, pero que no acaban de materializar. Ahora repiten que no está descartada, pero todo indica que no existe la menor voluntad de incoar ese procedimiento, éste sí regulado y viable.
¿Por qué no presentar moción de censura? En primer lugar, porque ha de formularse incluyendo el nombre del candidato a presidente, y parece Rubalcaba no está dispuesto a afrontar una aventura que tiene asegurado el fracaso porque falta la mayoría necesaria. En segundo lugar, porque en los grandes debates celebrados hasta ahora el líder socialista no ha salido bien parado de su confrontación directa con Rajoy. También porque sólo cabe presentarla una vez en cada Legislatura, y en este caso sería gastar en vano un cartucho que puede guardar en la recámara a la espera de una oportunidad más propicia, si se presenta.
Los trucos sólo engatusan a los niños a los ignorantes. Y no siempre.
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