El ultimátum de los abertzales radicales a ETA

El anuncio del nacimiento del nuevo partido, Sortu, que aglutina a la izquierda radical abertzale, esconde detrás un largo y tortuoso proceso que ha conducido al mundo radical a una conclusión definitiva: el recurso a la violencia se ha demostrado ineficaz, ha llegado el momento de cambiar de dirección y de entrar en las vías de la política.

Tal veredicto se ha extraído de un debate interno que ha incluido a las bases y a los presos. Las bases radicales, los que podrían ser denominados, con todo fundamento, ‘batasunos’ y ‘proetarras’, han enviado a sus líderes el mensaje de que es preciso cambiar el rumbo de forma total. Y que hay que hacerlo ya.

Sin abandonar ninguno de los objetivos básicos, es decir, la independencia, a partir de ahora lo intentarán por la vía pacífica, a través del voto y de la conquista de las instituciones.

Han sido consultados los integrantes del colectivo más crítico, los presos de la banda terrorista. Según las fuentes mejor informadas, del ministerio del Interior, el noventa por ciento de los reclusos han respondido que hay que archivar la violencia y abrir esos nuevos rumbos políticos.

Lo que cuentan quienes más saben de estas cuestiones es que la decisión del mundo abertzale radical es firme y sin marcha atrás.

Y añaden que tal es el mensaje que se ha enviado a la dirección de ETA, con una formulación que podría resumirse así: las bases han tomado ya la decisión. Quienes no la acaten, se saldrán fuera de la ‘casa grande’, quedaran solos, ya no contarán con nosotros.

Si ello es así, y parece que lo es, nos encontramos en una coyuntura histórica, ante un cambio decisivo.

Y, por lo visto, la banda se lo está pensando. En ese trasfondo hay que situar su último comunicado, el de la tregua general, indefinida y verificable. Las personas del mundo abertzale comentan que “hay que darles tiempo”.

Por eso, el anuncio de la creación del partido Sortu ha sido interpretado por los analistas más fiables como un ‘ultimátum a ETA’. Aunque para muchos, incluso para la mayoría, esto puede parecer un espejismo, un sueño irreal o una simple elucubración.

 

Quienes viven en el País Vasco todavía, quienes escaparon de allí pero han seguido atentos, comentan que nunca en la historia habían escuchado a nadie de Batasuna afirmaciones como las que soltó Rufi Echavarría en el acto del lunes, en el que anunció la puesta en marcha de Sortu.

Mirando hacia atrás, y no muy atrás, era absolutamente impensable imaginar a un líder abertzales rechazar la violencia explícitamente, con alusión muy concreta a la violencia de ETA con su nombre y apellidos, hasta tres veces.

Es lo que está ocurriendo en estos momentos. Y es conveniente saberlo. Incluso aunque pueda haber alguno que le moleste.

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