Año nuevo: no dar puntada sin hilo

Ese que nos ayuda a no perder de vista la importancia principal de las personas, tanto en nuestras obligaciones laborales, como en las relaciones familiares y de trato social que vamos a tener. Es así que les invito a tener la modesta ambición de relacionar el ser y las cosas con cierto humor y esperanzada perspectiva. No huyamos del esfuerzo que todos y cada uno hemos de hacer para mejorar la realidad del difícil año que estrenamos. Enarbolemos la bandera de una determinada determinación para componer y recomponer la experiencia diaria, paso a paso, latido a latido, palabra a palabra. ¡Aunque a veces haya que sacar el genio y tomar decisiones fuertes!: No será problema si antes hemos combatido, habitualmente, el ensimismamiento propio y ambiental. Es un año nuevo… ¿Será un año bueno? Todo sigue igual… ¿O no sigue igual? ¿El segundo decenario del siglo XXI que ahora comienza nos acercará una partitura indulgente…? ¡Mejor escribámosla nosotros! Pidamos consejo aunque pueda parecer que somos principiantes. Estemos seguros de que todo va a mejorar si no nos conformamos con experiencias superficiales de lo que viviremos a diario.

Por otra parte, no podemos quedarnos pasivos cuando mandamases demagogos totalitarios quieren deformar lo que está ocurriendo en lo económico y social, y nos abruman con la insistente fuerza de repetir machaconamente lo que no es, y refugiándose en ello. Nos podrán pillar cansados pero no confusos, disgustados pero no pusilánimes. Por ejemplo, es una desgracia que gentes poderosas hayan dejado lejos de sus prioridades el terrible drama del desempleo que sufrimos en España. No olvidemos que unos dos millones de puestos de trabajo han sido destruidos en los últimos tres años y es sólo ahora cuando algunas autoridades reconocen la gravedad, aunque sin hacer una pizca de autocrítica. Miren, amigas y amigos, no le deseo un mal a nadie, pero se ha de ver muy desprestigiado todo aquel que no se atenga a la realidad, que no reconozca errores y que no los rectifique. En estos tiempos, no dar puntada sin hilo va a significar “matricularnos” en una educación continuada de las emociones y en navegar en las diversas circunstancias seguros de lo que vamos a hacer en cada momento, sin miedo al fracaso, con fórmulas humanizadoras, con paz y alegría, con valores compartidos y personalidad propia. Vivamos cada uno el momento sin dejarnos llevar por las apariencias y las urgencias de cartón piedra. No pretendamos que los niños vivan como adultos, ni los mayores como desvalidos infantes. Cada edad tiene su reto. Vamos a hacer como el artista, que transforma en arte todo aquello que le ocurre a diario. ¿No ven ustedes la necesidad de formación, en profundidad y con argumentos, de una opinión pública que está harta de sinrazón, hipocresía y cinismo? ¿No les parece un enorme escándalo que se congelen, e incluso disminuyan, salarios y pensiones y los precios vayan al alza? Algo más podemos hacer, aun siendo difícil pensar y decir lo que pensamos. No esperemos suavidades de ambiente en que todo vaya a ser favorable. Agradezcamos el punto de partida, sea el que sea, y tengamos claro a dónde nos queremos dirigir. Como decía Jorge Luis Borges: Gracias quiero dar al divino Laberinto de los efectos y de las causas

Por la diversidad de las criaturas

Que forman este singular universo,

Por la razón, que no cesará de soñar

Con un plano del laberinto,

Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,

Por el amor, que nos deja ver a los otros

Como los ve la divinidad…

 

En fin, que ustedes inauguren una forma de ser feliz, con una vida enamorada y por eso plena. ¡Bienvenido, 2011!

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