Crisis: Intrepidez frente a perversidad

Lo que nos faltaba, tenemos autoridades incapaces de unir política y economía para fomentar el empleo, y encima abroncan y desmotivan a los empresarios emprendedores, que son los que sí podrían rectificar el rumbo caótico para tanta gente sin trabajo. Reconozco que estoy sensible a esta cuestión pues varios amigos –hombres y mujeres de alrededor de 40 años, bien cualificados y de muy diversas profesiones- se han quedado sin empleo en los últimos seis meses.

No obstante, pienso que frente a la perversidad proterva hace falta intrepidez solidaria. Frente al cinismo de quien todo lo tiene pero ignora la verdad de lo que ocurre, hay que poner la realidad de los datos y el esfuerzo creativo común para salir de esta crisis que es mucho más que una crisis económica.

En jóvenes y no tan jóvenes se nota un subdesarrollo crónico para saber lo que es bueno, una tremenda falta de reflexión para valorar lo que cuestan las cosas y afrontar sus actos con responsabilidad. Urge descubrir, cada uno de nosotros, nuestra propia verdad. Urge superar incluso la mera justicia. No dejemos a nadie en la estacada, ni tampoco devolvamos mal por mal.

No obstante, ¡ay! amigos, sepamos que quienes ahora nos gobiernan no valoran lo suficiente ni la transparencia, ni la honradez, ni el ser todos responsables de todos. El individualismo y el sectarismo campa a sus anchas entre los poderosos. Que esto salga a la luz del día es condición indispensable para una vigorosa regeneración de la política, de la economía y de la sociedad en su conjunto.

También es verdad que el Estado no ha de ser el gran conseguidor, pues fácilmente podría pasar a ser el gran dictador. Estaremos de acuerdo en que es imposible vivir en democracia sin una confianza recíproca generalizada, propia del mercado libre, acompañada de una solidaridad real, alejada de eslóganes mitineros.

Tan es así que quien no vea la dimensión social, no sólo económica, de las empresas, por muy multinacionales que sean, no va a ser capaz de ayudar al verdadero desarrollo de nuestro país. En estos tiempos, cuando es imprescindible el factor confianza, quien sólo busque el beneficio inmediato o partidista, en vez del servicio a los demás, aparecerá como el principal obstáculo para que se puedan generar expectativas de progreso real y para todos.

Por ejemplo, ante la barbaridad de las enormes y crecientes cifras de desempleo es un escándalo ver la pasividad de los sindicatos y el compadreo de muchos medios de comunicación.

Para más escarnio, muchos se irán preocupados sólo -no es un juicio de valor sino dato muy contrastado- por “sus vacaciones”, y a los demás ¡que les parta un rayo!, o que el Ayuntamiento les de un trabajo limosna de un mes. ¡Pues no! ¡Me revelo! Hace falta no un mandar para que se vea que uno manda, sino decisiones eficaces, que superen ignorancias paniaguadas, complejos relativizadores y cálculos sólo electoralistas.

Me iré con la familia unos días al Norte, pero no dejaré de trabajar en la petición urgente de nuevas medidas, educativas, económicas y sociales, para defender la tan menoscabada dignidad de las personas en muchos ámbitos de la vida. Por eso, si lo desean, nos leeremos, también en agosto.

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato