Espíritu constructivo, Lotería y Reyes Magos

En la inocencia infantil descubre uno, cada vez más, cuánto nos queda por aprender a todos. Como dice aquel proverbio asiático, que encabeza el informe económico de la fundación Everis presentado no hace mucho a nuestro rey Juan Carlos por muy destacados empresarios españoles: “Cuando empieza a soplar el viento, algunos corren a esconderse mientras otros construyen molinos de viento”.

¡Sí!, esa actitud constructiva, a menudo sanamente tozuda, que se vuelca en comenzar sin complejos, con valentía, sin vanidades, que se abre, incluso frágil, a las necesidades de los demás, desborda de los pequeños escritos que niños y niñas pequeños dirigen por estas fechas a los “Reyes Magos de Oriente”.

Y me perdonarán que me una a esas cartas, están ustedes invitados también a ello, plagiando la ternura y sencillez de unas peticiones que son oro, frente a la vorágine consumista y de ombligo gordo que nos aturde.

Adaptadas en alguna expresión, son ideas como:

ðQue la gente se cure de la crisis.

ðQue yo venga con más alegría al colegio.

ðQuiero un saco de paciencia para mis padres y profesores, es lo que me dicen que pida.

ðQue los malos sean buenos, y los buenos más buenos.

ðQue mi tío encuentre trabajo, pero mucho trabajo.

 

ðQue la verdura tenga mejor sabor.

ðQue no me enfade tanto.

ðQue llueva más donde hace mucho calor y no tienen agua.

ðQue mi hermano no tenga que ir tantas veces al hospital.

ðQue aprenda a jugar más a fútbol.

ðQue no tenga tanto sueño cuando me despiertan por la mañana.

ðQue comparta con alegría los juguetes.

ðQue ningún niño esté solo.

ðQue mi papá me lea más cuentos.

ðQue limpiar zapatos no me sea tan aburrido.

ðQue papá y mamá me dejen ayudar en la cocina.

ðQue mi mamá esté contenta siempre.

ðQue funcionen bien los aviones.

ðQue nadie haga trampas con el dinero.

ðQue sea más divertido hacer dictados.

ðQue papá llegue más pronto a casa.

ðQue todo el mundo sea amigo.

Ya vemos que muchas cartas infantiles aparecen como si de una “lotería ético-moral” se tratase, pero con la seguridad de que siempre toca, pues mucho se están jugando estos peques. De todas formas, aterrizando en lo más próximo, no olvidemos que según una reciente encuesta sólo un 10 por ciento de los españoles dejaríade trabajar si le tocara la Lotería.A estas horas quizás ya sepamos cuáles son los números agraciados. Enhorabuena si tiene usted alguno de ellos. Pero más felicitación todavía si su situación laboral y familiar es estable, si es usted una persona intrépida y de buen ánimo, ya que resultaría un poco pobre basar las expectativas de mejorar sólo en que nos caiga “el gordo”.

Y, para concluir, nosotros, como aquellos niños y niñas, ¿qué arriesgamos? O, como el intelectual y cineasta Jafar Panahi, gran defensor de las reformas en Irán para que, por ejemplo, se consiga un trato digno para las mujeres en su país, y que ha sido hace unos días condenado a seis años de prisión y se le ha prohibido hacer cine, dar entrevistas a medios de comunicación o viajar el extranjero en los próximos 20 años, ¿qué esfuerzos podemos hacer por el bien común?

De momento, que nos deseemos mutuamente una Feliz Navidad. ¡Pero con obras…! ¿Hecho?

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