¿Patxi López = ‘fair play’?

Tengo excelentes amigos vascos, algunos de ellos son nacionalistas. Por eso me cuesta este empiece, aunque estoy seguro de que no seré mal interpretado. Incluso me apoyo en aquella máxima de Cicerón: “La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos”.

El caso es que, como todos somos de alguna manera víctimas del terrorismo, pienso que todos nos deberíamos felicitar con el nuevo gobierno en Euskadi: Es claro que va afrontar con nuevas energías la necesidad de acabar con ETA de una manera definitiva, más segura, más efectiva.

Es así que, desde este 5 de mayo, la palabra la tiene el Sr. Patxi López, primer lehendakari no nacionalista después de 30 años, gracias a la mayoría parlamentaria que suman PSE y PP. Su elección, muestra de “fair play”, realizada por primera vez mediante votaciones públicas por llamamiento nominal, creo que ha sido un compromiso con la libertad y la democracia, dentro y fuera del País Vasco.

¡Que la sabiduría guíe su labor, Sr. López! Pero, ¡ojo!, es ahora cuando para usted empieza el más esforzado ‘fair play’. Por ello, creo que es justo que le deseemos el mayor de los éxitos en sus desvelos por el bien común de todos los vascos.

Porque, amigas y amigos, ampliando la mirada al panorama general, eso del “juego limpio” no es sólo para recordarnos que hemos de saber ganar y saber perder. El “fair play” también se ha de demostrar durante el “partido”. Y no habría “juego” más sucio que el de aquellos gobernantes y políticos varios que mostrasen prepotencia y superficialidad a la hora de solucionar los problemas, ¡urgentes!, que tenemos los ciudadanos.

Y es que, no es ‘fair play’ la manipulación informativa de las televisiones públicas, que pagamos todos.

No es ‘fair play’, el afán por desenterrar el pasado para arañar votos.

No es ‘fair play’, que dirigentes nacionalistas vascos no estimen, en la práctica, la alternancia política.

No es ‘fair play’, que el Sr. José Bono permita al diputado Tardà insultar a periodistas e instituciones en la tribuna del Congreso.

 

Y no es ‘fair play’, que en Cataluña se insista en un anteproyecto de Ley de Educación, que es inconstitucional pues no se reconoce la libertad de enseñanza, sólo por plegarse a intereses-concesiones del Partido Socialista a sus socios en la Generalitat, ICV-EUiA y ERC.

Y no es ‘fair play’, firmar o querer aprobar leyes regionales o estatales, a toda prisa y sin demanda social, para perjudicar a gentes que no son de tu cuerda.

Y no es ‘fair play’, dejar de acometer una delicada reforma laboral, que no "sólo favorezca" la creación de empleo, sino que también "aumente" el bienestar social.

Y no es ‘fair play’, que en Andalucía las políticas de desarrollo y empleo siempre lleguen tarde, o mal, o nunca, por lo que ya tenemos en esta Comunidad Autónoma más de un millón de parados, y se estima una caída del PIB del 3% en 2009.

Y no es ‘fair play’, que nuestro gobierno central desconsidere las autorizadas advertencias de Joaquín Almunia, ¡de su propio partido!, cuando presenta datos para el año próximo en España,      

de un paro superior al 20’5% y de un déficit del 10% del PIB.

Y no es ‘fair play’, que el próximo día 21 los sindicatos simpatizantes de la izquierda abertzale en el País Vasco, convoquen una huelga general por puro retar al nuevo gobierno autonómico.

Y no es ‘fair play’, que el Sr. Méndez y el Sr. Toxo amenacen a empresarios y a la oposición en sus discursos del 1º de mayo, en vez de pedir cuentas al Sr. Zapatero.

Y no es ‘fair play’, la última provocación-ausencia de la federación socialista madrileña en los actos del 2 de Mayo, en Madrid.

Suerte que a mis hijos y alumnos sí les puedo hablar del imponente ‘fair play’ de millones y millones de personas, de todos los perfiles ideológicos, que ante la adversidad o la injusticia en nuestro país, ¡no se conforman!, e intentan, con discreta ejemplaridad, colaborar en el desarrollo y felicidad de quienes tienen alrededor.

¡Sí!, es verdad que pasamos unos tiempos difíciles. Pero, hemos de hacer que estas estrecheces supongan una gran oportunidad para aparcar prejuicios y sectarismo, sin esperar alternativas revanchas tras cambios de color de los gobiernos.

 ¡Sí!, es ahora tiempo para crecer en todos los valores del ‘juego limpio’, que precisamente llevan consigo un espíritu de sacrificio, de lealtad, dominio de sí, prudencia, respeto a la persona del que piensa diferente… En todo caso, defendernos siempre, unos a otros, de los opresores unánimes y de las masas sumisas.

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