Puntos para elegir escuela

Como en todo el resto de comunidades autónomas, por estas fechas en Cataluña hay cierta inquietud ante el inicio de la vida escolar de muchos niños y niñas, o por cambio de centro o de Etapa educativa. Además, se precisa la preinscripción en centros sufragados con fondos públicos.

Un año más se compite en puntuación, según unos criterios de prioridad, generales o complementarios, cuando el número de solicitudes de admisión es superior a la oferta de plazas del centro. Tener ya hermanos escolarizados en ese centro o vivir o trabajar en las proximidades también es muy valorado. Incluso se puntúa si los padres o alguno de los hermanos han estudiado anteriormente en ese centro escolar.

Pero ocurre que después de ordenar las solicitudes, según el baremo correspondiente, se dan muchos empates, que se han de solucionar mediante sorteo.

En 2º Ciclo de Infantil (de 3 a 6 años) ya se hizo en febrero la preinscripción y el pasado lunes salieron las listas, en las que se constata al menos un importante y positivo dato y es que el 91% de alumnos podrán hacer P-3 en el colegio preferido en primer lugar por sus padres.

En los niveles de 0-3 años, también fue el lunes cuando empezó la preinscripción. Y al habla con directoras y padres y madres de familia, parece claro que, al menos en Cataluña, hay cosas que hasta ahora no se han hecho con verdadero espíritu de servicio a todos, ni con la prudencia para aprovechar bien los recursos económicos y humanos. El caso es que en vez de apostar por la pluralidad en la oferta de la doble red pública y privada, especialmente desde los ayuntamientos se ha estimulado la creación de nuevos centros de Educación Infantil en zonas ya bien atendidas  por la oferta privada; cuando, con ayudas concretas a las familias y a los centros se habría asumido bien y con cuotas asequibles toda la demanda. Además, el ahorro en las arcas públicas habría sido importante.

Puede parecer anecdótico o poco significativo, pero es una actitud contraria a la libertad de educación que las administraciones central, autonómica, o local, pueden tener y de hecho tienen. Pero, ¿no les parece imprudente y dictatorial que se creen plazas públicas sin tener en cuenta a los centros y trabajadores que llevan muchísimos años dando este servicio a la sociedad?

Ya es hora de desideologizar el mundo educativo. Hagamos de la necesidad virtud y convengamos que la gratuidad en los niveles no obligatorios no ha de ser sólo para centros públicos, pues de esa manera se atacaría a las familias que quieran optar por otro modelo de escuela diferente a la pública.

Esto lo ha detectado perfectamente el Sr. Jesús Pueyo, Secretario General de FSIE (Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza) por lo cual va a presentar en el Consejo Escolar del Estado, del que forma parte, una enmienda, recién aprobada en la permanente de ese Consejo Escolar, al informe sobre Educación Infantil que dice así:

“Con el fin de asegurar la oferta educativa en el tramo 0-3 años, el Consejo Escolar del Estado considera conveniente que las Administraciones educativas formalicen convenios de colaboración con centros e instituciones sin ánimo de lucro que lo soliciten tal y como posibilita la vigente LOE”.

 

Y estoy muy de acuerdo, pues es claro, para cualquier persona que tenga la libertad como un valor de los más principales, que las administraciones educativas deberían poder formalizar convenios con instituciones educativas sin ánimo de lucro, ahora especialmente con las que atienden el tramo de 0-3 años.

Además, vale la pena recordar que la plaza de la privada sale mucho más barata a las arcas del estado si se subvenciona. Y no olvidemos que la concertación generalizada de los 3-6 años ha sido muy beneficiosa para todos y en todo el Estado. ¿Por qué no ha de serlo de 0-3 años?

Eso sería muy beneficioso para las familias e incluso aportaría estabilidad a los puestos de trabajo.

Aunque todo hay que decirlo: un reciente estudio de la Fundación Jaume Bofill muestra que las familias con niveles de instrucción inferiores y los inmigrantes priorizan la proximidad del colegio a la hora de apuntar a sus hijos, mientras que las familias autóctonas con estudios universitarios anteponen el proyecto del centro educativo y la composición social a la proximidad.

El caso es que cada uno cuenta la feria según le ha ido, y como hay desigualdades importantes en oferta educativa según los territorios, lo urgente es atender sin escrúpulos a las familias, que son el verdadero muro de contención de esta crisis económico-social que nos zarandea, día sí y día también.

Para acabar, quiero romper una lanza por la consejera de enseñanza catalana, Sra. Irene Rigau, y por su equipo, pues es claro que demuestran entender la importancia del derecho constitucional que tenemos todos a elegir en igualdad de oportunidades la escuela para nuestros hijos. Como profesor y padre de familia veo imprescindibles los sacrificios en otros ámbitos, pero en educación será preciso optimizar recursos y presentar con ideas innovadoras soluciones que nos lleven la excelencia educativa y a la unidad de toda la comunidad escolar. Y para esto, desde cualquier lugar, poner palos ideológicos a las ruedas del trabajo de los demás es lo peor que se puede hacer.

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato