Mis amigos socialistas

Pues sí, mis amigos socialistas, que son más de los que ustedes se pueden imaginar, han votado en blanco. Pero, además, me han asegurado que si ven que en las autonomías donde gobierna el PP se gestiona bien y se promueve la creación de puestos de trabajo, no dudarán en votar una opción de centro derecha en las próximas elecciones generales, sean en octubre de este año o en marzo del año próximo.

Digo esto porque pienso que lo de menos es si Carmen Chacón o Alfredo Rubalcaba, o quienquiera que vaya a ser, son los elegidos como candidatos socialistas a la presidencia del futuro gobierno de España. Lo que intuyo, y creo observar a pie de calle, es que ante una situación de crisis tan grave -algunos políticos ni se enteran de lo que ello comporta para la gente sencilla- el ciudadano medio reclama sensatez y moderación, que las encuentran mucho más asentadas en partidos a la derecha del PSOE.

La opulencia escandalosa con la cual se ha gobernado en muchas autonomías, ayuntamientos y desde el mismísimo gobierno de la nación, es un agravio para una clase media, e incluso humilde, que paga de manera sangrante, ya desde hace muchos años, tantos desmanes.

Le diría a mi en estas páginas admirado, Patxi López, que “a buenas horas mangas verdes”, cuando insiste en que es preciso que el PSOE celebre un congreso para definir el futuro del partido. Pero, ¿qué mandamases del PSOE van a querer dimitir para nombrar una nueva dirección y concertar unas “arriesgadas” primarias?

Le diría al laborioso Sr. Fernández Vara que se aplique el cuento cuando le dice a su jefe, Sr. Zapatero, que por el bien de todos en su lugar se plantearía adelantar las elecciones. Con igual argumento también él mismo podría dar paso a un gobierno eficaz y estable para todos, que parece asegurar el Sr. José Antonio Monago, y hacerle una férrea oposición, preparándose él para dentro de cuatro años.

Les diría al Sr. Vicepresidente Tercero y Ministro de Administraciones Públicas, Sr. Manuel Chaves, y a mi de nación paisano, presidente del Congreso, Sr. Bono, que sean ejemplo para una renovación progresiva de su partido. Que reconozcan errores y den paso a nuevas gentes bien preparadas, capaces de llegar, con lealtad y sin agendas ocultas, a consensos básicos en asuntos de Estado con el otro partido mayoritario, para fortalecer nuestra democracia, no para anclar privilegios, ni para hacer ingeniería social ideologizante, ni para alear a capricho los poderes del Estado, como si fueran argamasa sin substancia diferenciada.

Y a mi vecina Carme Chacón, que no se limite a ser sustituta de la decadencia, como en alguna ocasión ya le comenté en este lugar. Está usted para algo más, si usted lo desea, claro.

Aunque, ¿quién es uno para dar consejillos a personas tan importantes? Pero, les aseguro que sus votantes están confusos, muy confusos. Y, como tal vez todos estemos haciendo ahora de la necesidad virtud, aprovechemos la ocasión, hagamos que las inercias egoístas y los parasitarios clientelismos, de cualquier color, se puedan acabar y sean apartados de la vida política en un futuro.

Nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, serán los beneficiados, e incluso superarán sin problema, con el antídoto de una generosa implicación responsable en la cosa pública, las fiebres asamblearias que surjan en cualquier lugar.

 
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