Divórciese usted en cómodos plazos

No se le ha ocurrido pero se le ocurrirá. Nuestro ministro de Justicia es de una imaginación que espanta. Ya verán como los gastos del divorcio podrán pagarse en cómodos plazos o con la tarjeta de El Corte Inglés, en tres meses y sin recargo.

He llegado a una conclusión. Creo que es una táctica bien pensada. Este Gobierno toma las decisiones más importantes o más trascendentales para la sociedad y las cubre con una pátina de pitorreo, de cosas tan mal hechas, tan mal pensadas, tan descabelladas que todos los comentarios van por ahí. Se toman a broma, se hacen chistes de cómo hacen las cosas y no se entra en el fondo de la cuestión. Ya digo, creo que es una táctica.

Se cargan la clase de religión -Católica por supuesto- y lo hacen de tal forma que más que enojo o preocupación, produce hilaridad. Montan el tinglado de la eutanasia y lo disfrazan de película para los Oscar. Amplían el aborto y lo hacen a base de una serie de humor en televisión. Meten mano a la Constitución y los humoristas ya tienen tema para un mes. Les da por el idioma y Carod es como el añorado Gila pero con bigote. Si es que hasta la supuesta "espantá" de Camacho es como de broma.

Y claro, así no hay quien critique en serio y se nos van los temas vivos. Bueno el de la eutanasia no se nos va vivo. Naturalmente es broma.

Ahora es el divorcio. Hace unos años, el genial Mingote, en plena floración de obras en las calles de Madrid (cuando no estaba Ruiz Gallardón también se hacían obras) publicó ABC un dibujo en el que unos obreros levantaban el adoquinado de una calle mientras otros un poco más allá se afanaban por colocar adoquines; uno de los que colocaban le dice al compañero: "oye, o nos damos prisa o nos cogen". Algunas parejas con esto de la rapidez van a divorciarse antes de la boda.

Pero lo preocupante es que nada de lo dicho y hecho, o a medio hacer por el Gobierno, es para tomarlo a broma. Están trabajando bajo la línea de flotación de la sociedad y eso es muy grave y muy peligroso. Todos los asuntos tienen una enorme trascendencia. La estructura del Estado, la enseñanza, el núcleo familiar, la vida humana, los derechos de los niños, de la mujer, de los padres. Todos ellos están en la entraña de la sociedad y en el ser de cada individuo. Están tocando muy de cerca los derechos fundamentales de la persona y eso no es para tomarlo a broma.

Los razonamientos del Gobierno en lo referente al divorcio son como para preocupar a cualquier jurista: "Si no hay que dar razones para casarse, ¿por qué hay que darlas para divorciarse?". Pero al mismo tiempo nos dicen que la voluntad de uno de los cónyuges será suficiente para conseguir el divorcio. Va uno al juez y le dice que se quiere divorciar de su marido o de su mujer y ya está. Es como si se hubiera casado con su pareja pero se divorcia del juez. O algo así. Por lo menos debería decírselo a la "parte contraria". Y eso es solo una muestra.

Si lo de las bromas no es una táctica para que nos traguemos la píldora -que diría Mary Poppins- lo parece. Mira que si la sonrisa de Rodríguez Zapatero fuera por ahí...

 
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