Guerra y paz, y Glenn Ford

Es que todo se mezcla y todo se confunde y uno no sabe a qué carta quedarse. Se muere Glenn Ford y es como si de la misma tacada se nos hubiera muerto Rita Hayworth y es que dar una bofetada y, sobre todo, darla a tiempo, vale mucho. Sentido de la oportunidad que es necesario, no sólo para dar bofetadas sino hasta para morirse.   Ese sentido de la oportunidad es lo que le viene faltando al Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Es poco oportuno el hombre. Ahora, por ejemplo, inaugura curso político en su tierra leonesa - algo así como lo que hacía Aznar con su partida de dominó en Quintanilla de Onésimo-, en Rodiezmo, y lo hace con Alfonso Guerra, puño en alto. No Zapatero, que tenía las manos a la espalda, sino Guerra y diciendo entre otras cosas que la derecha española no distingue entre la paz y la guerra. Eso que le costó a León Tolstoi cientos de páginas, lo despacha Rodríguez Zapatero en una frase mitinera: porque la derecha no distingue entre la guerra y la paz, ese es su problema.   Puestos a analizar los problemas de la derecha española, la actual y la histórica, a cualquier mediano observador se le ocurren muchos más problemas que ese eslogan que se ha sacado de la manga el Secretario General del PSOE.   Después de todo lo que está pasando en España y de lo que hemos vivido este verano y lo que nos queda de cara al curso que se inauguraba en Rodiezmo, que todo lo que se le ocurra decir a nuestro más importante responsable político sea que va a subir las pensiones y que la derecha no sabe lo que es la guerra ni lo que es la paz, resulta preocupante.   Basta acercarse a cualquier político europeo, de esos que los cursis llaman países de nuestro entorno, y ver cómo plantea sus discursos, sus comparecencias públicas y sus proyectos y uno sufre de sana envidia, esa de la que se siente incapaz Luis Aragonés ante el triunfo de nuestra selección de baloncesto.   Y es que llama la atención que el Presidente del Gobierno de España sea –al menos lo parezca- tan simple y tan simplista. La inmigración, los fuegos, la economía (Rato dixit), Cataluña y el Partido Socialista de Cataluña, la inminente crisis de Gobierno, los “flecos” del 11-M, las alianzas parlamentarias para aprobar los presupuestos -es un decir- son asuntos que preocuparían a cualquier dirigente. Pero Rodríguez Zapatero está ocupado en decirnos que la derecha no distingue entre la guerra y la paz.   Son bofetadas políticas mucho menos eficaces que la de Glenn Ford a Rita Hayworth en Gilda.   Bofetadas a tiempo y oportunas. Pero claro, Glenn Ford ha muerto.

 
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