¡Horror!... más Europa
Andábamos enredados en dimes y diretes. En síes y en noes. En Europa sí Europa no. Algunos ya iban hablando de ‘más Europa’ para salir del atolladero. El que más y el que menos echaba su cuarto a espadas. Y en esas estábamos cuando Mariano Rajoy –cual Curro Romero- destapa el tarro de las esencias y en el Senado, ante propios por la mañana y extraños por la tarde, se descuelga con un discurso europeísta que ya lo hubiera querido para sí Jean Monet.
Rajoy habla abiertamente de eurobonos, exige responsabilidades a Europa, quiere un fondo de garantía de depósitos, una política fiscal común, un banco con toda la soberanía financiera y muchas cosas más.
El lema es que nosotros ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer y ahora le toca a Europa.
Pero ¿a qué Europa? ¿a la de Angela Merkel? ¿a la de Hollande? ¿a la de Italia? ¿a la de Grecia? ¿a la de los británicos que nos miran desde lejos? ¿a la de los hombres de negro que dice Montoro que por aquí ni se acerquen?
Es de temer que si todas esas iniciativas se pusieran en marcha lo único que sacaríamos en limpio sería un posible desahogo en forma de rescate o de algo por el estilo, entregar parte de nuestra soberanía y otra pléyade de funcionarios en un edificio de Bruselas, algunos de los cuales serían españoles, y poco más.
Posiblemente al Gobierno Rajoy no le queden muchas más salidas que el ‘más Europa’ pero es un grito que, además de sonar a un SOS más o menos apremiante, no parece que nos vaya a resolver mucho. Hay que enterarse de una vez de que cada país de Europa va a lo suyo –como es natural- y no a lo nuestro. Que sólo irán a la nuestro si es que a ellos les conviene o les puede perjudicar nuestro naufragio.
Lo demás, más Europa porque sí, no parece la solución. Y crear nuevos organismos y nuevos ‘funcionariatos’ bien comidos y bien vividos en Bruselas no es de recibo a estas alturas.
