Ibarretxe saca su plan con los votos etarras, entre resaca de versos sueltos o ‘agarraos’

Acabó el congreso popular en Valencia, comenzaron a trabajar el mismo lunes y la foto de Rajoy despachando con Cospedal era la viva imagen de la resaca. Resaca de salida a hombros pero con alguna división de opiniones. Tanta división de opiniones había que Esperanza Aguirre no quiso llegar a la tanda de penaltis y se ‘cepilló’ a los ‘marianistas’ en el primer tiempo de la prórroga, en plena resaca.

Heridas cerradas o heridas abiertas, lo cierto es que el Partido Popular sigue en plena efervescencia. Rajoy pretende aparentar normalidad, pero después de lo que ha pasado antes de Valencia, en Valencia y lo que ya está empezando a pasar después de Valencia va a haber de todo menos tranquilidad. Y ahora vienen las autonomías, las provincias o las baronías, que todo es lo mismo y en todas partes van a cocer habas.

En Génova vuelve a hablarse en los pasillos. Los dos bandos son evidentes. Quienes están de acuerdo con Aznar y quienes le critican. Quienes dicen que ya están saturados de San Gil y quienes dicen que volverá. Los que añoran a Astarloa y quienes afirman que bien ido está.

Un ex cercanísimo a Rajoy –analista él- afirma que cuando un partido y sus dirigentes, la primera semana tras un congreso, tienen que estar constantemente dando explicaciones y rectificando o matizando afirmaciones, es que la cosa va mal. Es un punto de vista como otro cualquiera.

Y, sin dejar que los populares se recuperen de los efectos de la paella, ya está José Blanco en plena ebullición y con toda la fuerza del cambio, calentando motores para el congreso socialista. Claro que le ayuda su antigua pareja –de hecho político- Caldera, que le sirve en bandeja eso tan moderno de la eutanasia y demás propuestas que no tienen nada que ver con creencias ni suponen un ataque a la crispadora y provocadora Iglesia Católica. Es lo que tenemos o, mejor dicho, lo que vamos a tener.

Ya lo ha dicho Esteban González Pons, quien está convencido de que en esta legislatura no van a correr buenos tiempos para los católicos. El Partido Popular hace de la necesidad virtud y se prepara para la que se avecina.

Si es cierto que las crisis económicas tienen mucho de psicológico, hay que reconocer que Luis Aragonés ha hecho más por la economía española que Pedro Solbes. No es que sea ningún mérito hacer más por la economía española que Pedro Solbes pero, en cualquier caso, los resultados de la selección, sirven, al menos, de sana distracción.

Y también nos distraen los chicos de la selección de las bufonadas de Ibarretxe, que ya tiene su plan, medido y ajustado gracias a un voto de las ‘nekanes’. Es eso de `Juan José, lo que haga falta’. Y si lo que hace falta es un voto, un solo voto, para qué más. ¡Ay si Urkullu hubiera podido contar con las nekanes en el Prater vienés!, seguro que a estas horas estaría celebrando el sueño no cumplido de que ganara Rusia. Pero es que la felicidad nunca es completa y la vida de un nacionalista no deja de ser un calvario.

Y sigue Rodríguez Zapatero con sus explicaciones económicas. Visto y oído lo que dice el presidente del Gobierno, para decir lo que dice y para dar las soluciones que da a ‘las dificultades económicas’, tenía razón Jordi Sevilla cuando dijo aquello de que con dos tardes bastaba para aprender economía. Para decir lo que dice y para dar las soluciones que da, de las dos tardes que le recetó Sevilla, sobraban las dos.

 

Creceremos por debajo del dos. Hay un deterioro significativo. Lo de los 400 euros era una burbuja de nada. Congelar los sueldos de los altos cargos sólo es pura psicología. Si a eso añadimos a Bibiana –no deja títere con cabeza, o ¿es un títere sin cabeza?- y sus dicharachos más o menos iguales y que, según Caldera, las enmiendas que salgan del congreso socialista no las asumirá el Gobierno, pues ya estamos todos.

Hasta está Peces Barba: ‘Al declarar verdades por encima de las mayorías, la Jerarquía es incompatible con la democracia’. ¿Saldrá del congreso socialista, en una de esas enmiendas que no asumirá el Gobierno, una afirmación diciendo que la verdad es lo que diga la mayoría? Si por Peces Barba fuera, seguro que sí. Todo un intelectual.

Y ya está aquí Ibarretxe. Organizó en el Kursaal donostiarra un sarao con espejito. Un espejito formado por militantes inquebrantables que le preguntaban y le respondían, o ¿era ‘este lehendakari’ el que preguntaba y respondía todo junto? Pero lo importante llegó cuando afirmó que estaba perfectamente, incluso desde el punto de vista psiquiátrico.

Lo que pasa es que, visto lo sucedido en el Parlamento de Vitoria, al que la gente quiere conocer no es a Ibarretxe, es a su psiquiatra.  

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