La Oficina de Empleo

En España hay muchas oficinas de empleo y muchas entidades que se dedican a buscar trabajo a quienes están parados, pero hay una Oficina de Empleo, con mayúsculas, que lo es por antonomasia, la mejor, la más eficaz y la más segura. Se trata de la que funciona alrededor del Congreso de los Diputados y del Senado y que tiene unas estupendas franquicias en los partidos políticos.

Esta Oficina alcanza sus picos de mayor trabajo y de mayor eficacia en los momentos posteriores y anteriores a unas elecciones ya sean municipales, autonómicas o generales.

Que alguien abandona o causa baja en el Ejército, enseguida encontrará acomodo en las listas electorales de cualquier partido.

Que se ha decidido dar por terminada una carrera como diputado o diputada, surgirá como por ensalmo un fichaje en alguna multinacional.

Que, a causa de los comicios habidos, se pierde el sitio en ayuntamientos o autonomías, las listas para las próximas elecciones estarán con los brazos abiertos para acoger a quienes los electores dieron la espalda.

Ahora, ya en campaña, comienzan las verdaderas elecciones en el seno de los partidos y todos se apresuran a buscar empleo en esa Oficina que todo lo soluciona.

Naturalmente hay navajeos y zancadillas para no quedarse sin empleo pero, en esta ocasión, sí que los trapos sucios se lavan en casa y esas batallas domésticas apenas trascienden a la opinión pública. Compañías, empresas púbicas, puestos en listas electorales y demás prebendas, están a la espera

El ‘hoy por ti, mañana por mí’, funciona con precisión y pocos son los que se quedan descolgados. Asesorías, grandes negocios, empresas punteras y despachos en las sedes de las formaciones políticas, se ponen a disposición de quien lo necesite, siempre y cuando se haya movido, y se siga moviendo, en el ámbito adecuado

Claro que la obtención de estos trabajos es perfectamente legal. Lo que ocurre es que no es muy decorosa.