A Rajoy se le aparece Romanones, invoca “a la tropa” y la policía francesa y española están a punto de reeditar la Batalla de Bailén

Claro que lo importante es que los hayan detenido. Pero la carrera en pelo de Rubalcaba y de López Garrido para atribuirse el éxito, o mejor dicho, para atribuírselo a “Zapatero y a sus consecuencias” es bastante más divertida que el discurso de Rajoy en eso de la biografía. Sin embargo, a un estadista de la talla del Presidente del Gobierno igual le dan las consecuencias que lograr la paz en Palestina, que ya nos lo ha explicado Moratinos.

Hay miembros del Gobierno que van preguntando por ahí, con la mano extendida como pordioseros de la información, que qué es lo que está pasando con la ETA y con el proceso, que no saben de qué va, y en una de estas les van a pillar fuera de juego. El que no se consuela es porque no quiere y algunos hasta creen que no lo sabe ni el mismísimo Presidente del Gobierno.

El caso es que el proceso está “rarito” y las declaraciones que se hacen con eso de la violencia y de la paz no contentan a nadie.

Hasta Otegi se ha sentido molesto por lo del video y ha acusado al PSOE de “hacer menos que el PP, que no hizo nada”. La acusación ha debido de herir en lo más íntimo a Pepe Blanco y esta semana no ha estado demasiado locuaz y -lo que es lo mismo- no ha dicho demasiadas tonterías.

Lo que sí sabemos, por Rubalcaba, es que “Navarra no será lo que no quieran los navarros que sea” o sea...

Y Rajoy, que da una larga cambiada humorística en el “affaire” de la biografía de Esperanza Aguirre. Lo que pasa es que tropezarse a estas alturas de la película con Romanones es como para pensárselo dos veces, porque el político monárquico no es que fuera la quintaesencia de la democracia y eso de las urnas y los votos le divertía un montón por aquello de los caciques alcarreños y de más allá. Más allá, en el sentido geográfico, y no porque Rajoy se pusiera a hacer espiritismo para poder presentar la biografía “antigallardón”.

Montilla toma posesión y, remedando el título del Papa, casi se ha autotitulado “siervo de los siervos de los catalanes”, y ya se ha montado en el tripartito -ese del sofá de tres plazas- el primer “rifirafe”. Montserrat Tura no quiere compartir secretos con Saura y dice que lo de Interior debería ser para el Partido Socialista. Y Saura dirá que de “secretitos al oído, nada”, y mientras, Carod -que va a lo suyo- nos vende lotería de Navidad y nos dice que el sorteo se celebrará en Madrid, Capital del país veí. Que ningún madrileño se encampane y le diga a Carod eso de “tú más” porque lo del país veí significa “el país vecino”. Y es que Carod es un político atento a la realidad de las cosas y de los ciudadanos. Es de suponer que lo del país veí, entre en el catalán de Montilla antes de la clases que va a tomar para perfeccionarse y poder hablar, no de Romanones sino de Mosén Cinto Verdaguer.

Ahora, todos preocupados por la radiactividad -que ya decía Franco que los rusos no eran de fiar- por más que Santiago Carrillo asegure que “la paz es un toma y daca”. Pero hay que decir al político comunista, que tan bien conoce Rusia, que ese “toma y daca” depende de quién es el toma y quién el daca, porque en eso hay mucha confusión.

El que no se sabe hasta qué punto participa del “toma y daca” es Egíbar, para quién “la banda tendrá razones para recuperar la lucha armada”. Este hombre de mayor quiere ser como Arzallus y ya casi lo va consiguiendo.

 

La que demostró una categoría humana excepcional y que tiene las cosas muy claras fue Ana Iribar, viuda de Gregorio Ordóñez, que asistió al juicio del “presunto” asesino de su marido y dio toda una lección de buen juicio y coraje. Para ella –y lleva toda la razón- el “toma y daca” es un sarcasmo y una vejación. No sé si Ana Iribar ha estado en Rusia, como Santiago Carrillo, pero lo que es evidente es que a ella no la ha afectado ninguna “radiactividad”.

Y, para radiactividad, la ola de “delincuencia” que nos invade. Entre ladrillos, ivas, mafias, cohechos, corrupciones policíacas, andratxes y alhaurines, estamos hechos unos zorros, por más que la Vicepresidenta nos informe de que las “fuerzas y cuerpos de seguridad del estado están en máxima alerta”. Si esto sigue así, los que vamos a tener que estar en máxima alerta seremos los ciudadanos.

La semana nos trajo el feliz anuncio de que la segunda hija de los Príncipes de Asturias es una niña. Y la Constitución, en su lugar descanso.

Joder, qué tropa”, que ha dicho Rajoy. ¿O fue Romanones?

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