Responsabilidades de futuro

Estamos acostumbrados a que los partidos y los propios políticos pidan continuamente unos a otros responsabilidades por sus actuaciones y por su gestión, bien en la oposición, bien en el poder, incluso es corriente que se exijan mutuamente la petición de perdón a los ciudadanos.

Ocurre que esas exigencias son siempre a toro pasado y cuando la petición de cuentas, salvo que se llegue a los tribunales, apenas tiene efecto alguno.

Pero existen otras responsabilidades que cabría exigir a priori; sea usted consecuente, actúe con responsabilidad, y sopese y mida las responsabilidades que se derivarían de una u otra toma de decisiones.

Es evidente que en el cambio que ha habido en el panorama político español, Partido Popular y Partido Socialista han tenido mucha responsabilidad. Por acción, por omisión, por exceso de prepotencia, por falta de visión política o por lo que sea que haya sucedido, son responsables de gran parte de lo que está pasando.

A la vuelta de la esquina hay unas elecciones generales en las que España, los españoles y hasta las propias formaciones políticas se juegan mucho. Por eso no estaría de más que, por una vez – y ojala sirviera de precedente- los dos principales partidos reflexionaran y, en vez de exigir responsabilidades los unos a los otros, por hechos y acontecimientos ya ocurridos, comiencen a medir las culpas en las que podrían incurrir por decisiones que tomen de cara a ese futuro inmediato.

Parecen unos y otros – supuesta la imposibilidad de mayorías absolutas- resignados a buscar los apoyos necesarios para gobernar en Podemos o en Ciudadanos. Hay otras alternativas y otras posibilidades que pasan, incluso, por acuerdos de gran calado que ahora parecen imposibles, pero que, con un cierto grado de generosidad, buscando cada cual las personas idóneas y capaces darían lugar a consensos que son perfectamente posibles.

Es cuestión de asumir responsabilidades de futuro.