A Rubalcaba ya no le quedan ni enanos
Que Alfredo Pérez Rubalcaba está ‘arrimando a tablas’ -en el sentido político, se entiende- lo sabe todo el mundo, y en Ferraz es conversación diaria; pero es que en estos últimos tiempos le están ‘apuntillando’ –también en sentido político- desde todos los ángulos del Partido Socialista. En el circo que ha montado Rubalcaba ya no quedan ni enanos que le puedan crecer.
Desde el problema con el Partido Socialista de Cataluña, hasta las declaraciones de los llamados ‘barones’, pasando por la UGT andaluza o las declaraciones del secretario general de los socialistas cordobeses, al político cántabro ya no le pueden pasar más cosas.
Se le echan encima Alfonso Guerra, José Bono, Juan Alberto Belloch o Guillermo Fernández Vara, invitándole a quitarse la venda que se ha puesto en los ojos con los colores de la ‘cuatribarrada’ y, como dice Guerra, asumir que el PSC es todo menos un partido socialista y que hay que crear una franquicia del PSOE en aquella autonomía.
Pere Navarro no le da respiro y además se permite el lujo de despreciar opiniones de personajes tan señeros del socialismo como los anteriormente citados.
Por si fuera poco, desde el secretario general del partido en Córdoba, Juan Pablo Durán, hasta los socialistas navarros con Roberto Jiménez a la cabeza, hacen la guerra por su cuenta y no con demasiada fortuna, ni política ni dialéctica.
Y además los diputados catalanes en Madrid votan por libre.
Pero con ser grave todo lo anterior, lo más preocupante del ‘caso Rubalcaba’ es su empecinamiento en mirar para otro lado cuando le hablan de primarias, y su afición a meterse en charcos de otros, como en el caso de la memez del Valle de los Caídos perpetrada por Odón Elorza.
En esta situación el peor enemigo de Rubacalba es el propio Rubalcaba y por eso cuando Chacón se empareja con Tomás Gómez o saca a relucir su juventud y su desparpajo Beatriz Talegón, se queda en un discurso rancio de socialista trasnochado.
Y el ‘festejo’ que el socialismo prepara para noviembre, en forma de Conferencia Política, es, simplemente, un ‘jalogüin’ con retraso.
