La Semana. Despegue de emergencia hacia una paz quebradiza a la búsqueda de votos: Zapatero Rey

Despega la paz. El Presidente nos prepara para la tregua que está por venir y ETA se relame a la vista del oxígeno que este Gobierno está dispuesto a insuflar a la banda terrorista cuando esta se encontraba exhausta. Zapatero: "es el mejor momento en muchos años para ver el inicio del principio del fin de la violencia". Salida del vuelo (sin retorno) a la inhóspita región de “nunca jamás”. Como ven, una semana de despegues. Todos despegan menos los que tienen que despegar, que son los viajeros de la flamante terminal de la Ministra de Fomento. Pero es que la curiosidad nos pierde a los españoles y destrozamos las bien intencionadas obras públicas —que casi son obras de misericordia- de doña Magdalena Álvarez. Entre trabajadores despistados y curiosos empedernidos, le han frustrado los despegues a la ministra. Un sofoco. Y es que eso de la curiosidad es una enfermedad. El señor Rajoy se muestra indagador en la sesión de control parlamentario al Gobierno y —curiosón él- pregunta al Presidente del Gobierno que de qué va eso del Estatut y le dice que lo de los secretitos al oído de don Artur Mas está muy feo. Pero el señor Rodríguez Zapatero mira para otro lado y no despega -él tampoco- los labios. Despegó la nueva sesión parlamentaria, con un don Manuel Marín pletórico, con el crono en la mano, sin pasarles un segundo a sus señorías. “Lo siento, don fulanito, pero se ha acabado su tiempo”. Y aquí no rechista nadie. También ha efectuado el despegue un señor ZP mitinero, que hace bromas con lo pedigüeños que son los del Partido Popular, que van mendigando firmas con la mano extendida: “Señorito, me dé una firmita por caridad”. Aquí despegan hasta los ciudadanos catalanes chinos, a los que don Miquel Iceta pide apoyo al Estatut en mandarín, que ya es pedir. Pero todo sea por la inmersión ligüística... Y siguiendo en Cataluña, no es que Ezquerra no se vaya a ir del tripartito, es que a lo mejor el señor Maragall remodela el ejecutivo y reinicia el despegue don José Luis Carod- Rovira. El tripartito se refuerza y don Pasqual se enzarza con el señor Bono que, una vez más, ha despegado en sus declaraciones, claras y por derecho: Pasqual, que ya está bien de crearnos problemas. Y, además, no me gusta lo de la excarcelación de etarras, y Cataluña no es una nación aunque lo diga el “sursum corda”, y quiero ver la bandera española en Montjuic. Como siempre, a don José Bono se le entiende todo. Para despegue, el de los fiscales, que se pegan por una dimisión más o menos del señor Conde Pumpido. Y eso, más que un despegue, es un divorcio a la italiana ahora que el señor Berlusconi está en un periodo de despegue máximo de su señora. Aquí, por despegar, despega hasta la prostitución. Doña Montserrat Tura, Consejera de Interior de la Generalitat, dice: “Cataluña tiene derecho a tener una política propia sobre la prostitución” y continúa: “La Ley promocionará la autogestión de la prostitución”. Uno entiende lo de los derechos y hasta lo de política propia, pero en lo de la “autogestión” mejor es no investigar. Claro que el Ministro señor Caldera, que parece que no quiere mejorar las prestaciones de las madres trabajadoras, proyecta dar un sueldillo a las peripatéticas que abandonen la profesión. Pues eso ya esta mejor, sobre todo si se “autogestionan” la subvención. Se quiere “despegar” don Pedro Solbes del acuerdo entre los señores Mas y Rodríguez Zapatero y dice aquello tan socorrido de que es un acuerdo con el Partido Socialista pero que el Gobierno no tiene nada que ver. Eso sí que es autogestión y no lo de la señora Tura. El que más y el que menos dice lo que le parece, y don José Blanco -en su línea clarividente- va y se despega del señor Maragall: “El Presidente de la Generalitat no tiene la capacidad de decidir sobre el Gobierno de España”. Sobre todo ahora, ¿verdad, don José? Pues nos deja, francamente, intranquilos. Y entramos en terrenos vidriosos. Ya se llaman hasta bisexuales. Don Joan Tardá —Bigote Arrocet sector renovado- advierte a los socialistas sobre la bisexualidad de los convergentes. Que no son como nosotros, dice, “que somos gente honrada”. No deja de ser una forma de homenajear al señor Jardiel Poncela. Los que no despegan son don Mariano Rajoy —“Dios no nos ha dado alas”- y doña Esperanza Aguirre, que después del susto del helicóptero decidieron que para ir a Móstoles, como el metro, nada. Los que casi despegan son don Rafael Simancas y el ministro señor Sevilla. Había que verlos en la foto de La Moncloa -en eso de la Ley de Capitalidad para Madrid-, sin sitio en la tarima que se había instalado y casi cayéndose. No es que los señores Zapatero y Ruiz-Gallardón les dejaran sin sitio, es que la tarima resultó pequeña. Que nadie piense mal. Despegan de forma espectacular los beneficios del banco del señor Botín, y no digamos nada de la espectacularidad con la que despegó en la Romareda el Real Zaragoza. Y para terminar, un consejo: no despeguen su vista de la agenda de Zapatero, que el jefe del Ejecutivo no da puntada sin hilo. Este jueves se conocía (con exclusiva de El Mundo reventada desde Moncloa, incluida) la discreta reunión del Presidente con el ministro Montilla y empresarios catalanes en la casa de Ricard Fornesa. El almuerzo se produjo el domingo pasado, dos días después de la aprobación de la OPA.

 
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