ZP triunfa en la cumbre y habla con Obama: ‘mi basquet, yu futing’.

Objetivo cumplido. No pertenecemos al G-20, pero hemos estado en el G-20. O sea como Sellers en ‘El Guateque’.

Hemos hablado con Obama; hemos sonreído junto a Merkel y nos hemos venido con el nombramiento de mediador universal. Vamos, que somos imprescindibles. Que somos el ombligo del mundo y que, así como Rodríguez Zapatero cuenta con los sindicatos y con su cariño, los obamas, los sarkocys y hasta los berlusconis recurren a las habilidades negociadoras del mandatario leonés para esquivar la crisis.

Y volvemos a casa con el optimismo antropológico del que no podemos librarnos.

La vuelta tiene un regusto amargo gracias a Corbacho. El ministro, que no es optimista antropológico, se ha creído en la obligación de decir que el peor mes de marzo desde que se tienen cifras del paro, llama a la esperanza. Las cifras son frías y son escalofriantes. La pregunta en las colas del INEM, con las noticias de la cumbre calentitas es; ‘y ahora ¿qué?’.

Porque lo que interesa a los parados, a los que no pueden pagar su hipoteca y a los que no llegan a fin de mes, es que alguien les explique para qué va a servir el que la señora Obama rompa el protocolo y pase la mano por la espalda de la reina de Inglaterra.

Y volvemos a casa con el optimismo -a lo mejor, posiblemente y quizás antropológico- de Mariano Rajoy. ‘Nadie va a poder probar que no son inocentes’. Pues no se hable más.

Hay movimiento en los pasillos de Génova y son muchos los que se muestran desconcertados y dicen que, no es que el ‘jefe’ mire para otro lado, es que no se sabe para dónde mira y hasta hablan de la excesiva ‘libertad de movimientos’ de un Gobierno en pleno desconcierto, gracias a una oposición en pleno desajuste y con las listas europeas sin cerrar, con inocentes o sin ellos.

Nunca como en estos momentos –exhibición internacional incluida- va a tener la oposición más a tiro a un gobierno. Un gobierno que tiene todas las papeletas para durar poquito y un José Blanco demasiado callado estudiando –quizás, a lo mejor, posiblemente- los entresijos de algún ministerio.

Pero que la fiesta no decaiga. .Villalobos monta su particular feria en el Congreso y hasta Fernández Ordóñez se estira por sevillanas al hablar de la intervención en Caja Castilla- La Mancha. Afirma el gobernador del Banco de España que puede no ser la única y -aún con la Semana Santa por medio- uno se pone en la caseta de la feria hispalense y recuerda aquello tan sevillano de. ‘vamos por la segunda’.

 

Igual esto va a ser cosa del cariño sindical y del optimismo que proporciona el poder dar 4.000 millones a los pobres del mundo, porque aquí no hay pobres, solo optimismo e inocentes.

Y hablando de inocentes, ya ha dicho Bibiana Aído que en la próxima ley del aborto, ni un paso atrás y que todo es tolerable menos los extremismos religiosos. Es que la cosa religiosa, en esto de los abortos, es tan extremista que quiere que no se maten inocentes.

 Aquí los moderados son los ‘científicos’, pero el aborto libre, por mucho que lo disfracen es lo que es,  incluso con las comisiones de Aído.

Mientras, la noche de bodas del País Vasco está ya medio consumada y hay presidenta del Parlamento de Vitoria. También los vascos son capaces de darse cariño y más ahora que no aparece la cara de mal humor de Arzallus.

Y ahora a esperar el combate contra los paraísos fiscales que son todo lo contrario al amor. Las medidas están ahí, pero ni se sabe el cómo, ni el qué, ni el cuándo van a notarse en nuestra economía.

Todos los líderes han triunfado, todos se han salido con la suya. Los que querían inyectar más dinero, los que querían más control y hasta los que como Rodríguez Zapatero querían hablar con Obama. Incluso el matrimonio Obama se ha salido ha cumplido la ilusión de su vida que era tocar la espalda de la reina Isabel.

Y todo gracias a las excelentes dotes de mediador y al buen inglés de Rodríguez Zapatero. Lástima que haya tenido que cambiar las frases de la academia de idiomas, porque ni en Ferraz ni en Génova están las cosas para decir a Obama aquello de: ‘mai Taylor is Rich , mai cari s yelov’.

Porque los sastres y los coches ni nombrarlos aunque sea en un inglés inocente.

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