Por la boca… Borrón y cuenta nueva

Estamos en días de balances y en días de propósitos. Son fechas para mirar hacia atrás y jornadas para otear lo que está por llegar. En política, el borrón y la cuenta nueva no son fáciles porque siempre hay rencores y cuentas por saldar. Además, entre los políticos, siempre se dice que no se puede hacer todo lo que se quiere y que se dedican al arte de lo posible.

Se queda atrás un año más bien raro. Demasiada corrupción, demasiados jueces, demasiadas excarcelaciones, demasiada economía y demasiada verborrea. Se habla mucho y se concreta poco. No es un año para olvidar ni mucho menos para ocultarlo bajo un borrón, pero tendría que ser un año para aprender.

Hay muchas cuentas pendientes para comenzar el nuevo año, pero quizás la mayor de todas, de cara al Gobierno de Mariano Rajoy, sea la de pensar que ha llegado la hora de hacer política con mayúsculas.

Se han abandonado demasiadas cosas en aras del problema económico. Todo lo ha ocupado la crisis y quizás ha llegado el momento de ocuparse de otros aspectos. Aquel discurso de Adolfo Suárez en el que aludía a la transición con la metáfora de que había que cambiar las cañerías pero era necesario seguir dando agua a los ciudadanos, debería hacer reflexionar al presidente del Gobierno y a sus ministros.

Naturalmente que hay que salir de la crisis y bajar las cifras del paro, pero no es menos cierto que hay que dar agua a la reforma de las autonomías, a la de las administraciones públicas, rematar asuntos como el de la enseñanza, retomar políticas exteriores abandonadas ante las fotos de Angela Markel y atender reivindicaciones de la sociedad que no solamente van por el lado económico.

Esa será la cuenta nueva de este nuevo año. El problema es que ya han pasado dos de legislatura y quedan ‘solamente’ otros dos. Y mientras llegan las generales hay una serie de elecciones que van a condicionar tanto el borrón como la cuenta nueva.