Por la boca… Cabalgan después de muertos

Es posible que todo se deba a la estructura interna de los partidos y a la dinámica propia de los distintos liderazgos cuasi vitalicios, pero así como los cristianos de la época no tenían más cera que la que ardía y sacaron a pasear el cadáver del Cid, los partidos, en nuestro país, no parce que anden muy sobrados de banquillo y siempre sacan a los mismos.

Si unos proclaman ‘por toda la eternidad’ a Mariano Rajoy, otros se aferran a Albert Rivera como al clavo candente y los de más allá barren todo lo que no suene a Pablo Iglesias, los hay que vuelven a pensar en el ex ‘honarable’ (ex por tantos conceptos) o en el ex al que echaron no hace mucho o en el ex que parecía haber llegado a la cima de la inmortalidad en el pebetero de la Carrera de San Jerónimo.

Artur Mas suena con fuerza para liderar el futuro nacionalismo-separatismo catalán. En este caso lo de futuro suena a recochineo, pero como la ‘crème de la crème’ del independentismo puede verse inhabilitada, desahuciada, enchiquerada o vaya usted a saber qué, aunque sea por descartes previos, la figura de Mas emerge de las aguas, más bien turbias, de lo que queda de Convergencia. Suponiendo que no se vea incurso en sentencia alguna, la vuelta de Artur Mas no es para dar palmas, ni siquiera entre las filas correligionarias. Pero al parecer no hay otra cosa.

Y pasea por las primarias socialistas el cadáver de Pedro Sánchez que, ante la aparente pasividad de Susana Díaz, se presenta como adalid del socialismo de ‘pata negra’, pero que no por eso deja de ser una antigualla -paradójicamente reciente, pero antigualla- que va con su saco de fracasos electorales a cuestas.

Y tercia también Patxi López que, cadáver o no, revive a cada paso. Y que desde la Lehendakaritza, y su fracaso en la gestión del Partido Socialista de Euskadi, se vio aupado a la presidencia del Congreso y, aunque resultó poco aupado y por poco tiempo, vuelve a aparecérsenos y se declara dispuesto a ‘sacrificarse’ una vez más por España y por el Partido Socialista.

Y es que como los relevos en los partidos están proscritos por el carisma irrefrenable de los líderes aclamados, no es fácil que salgan nuevos valores que llevarse a las primarias, a las urnas y a las ejecutivas. Y a la vuelta de un hipotético tercer día, echan a andar los de siempre.

Los resucitados comienzan su periplo con las vendas puestas pero, aun así y todo, como el Cid, pueden ganar alguna que otra batalla.

Nota. Mi agradecimiento a Fernando Sánchez Dragó que, en su blog ‘Dragolandia’ de El Mundo, elogia amablemente uno de mis artículos.

 
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato