Por la boca… Parece que Sánchez rectifica

Aunque lo que dice Pedro Sánchez hay que ponerlo en cuarentena porque no es demasiado fiable, sus últimas declaraciones, mítines y discursos, evidencian un cierto afán de rectificación.

Desde los fichajes de Borrell y Robles, todos han sido movimientos en una dirección mucho más moderada que la exhibida tras la fallida investidura y durante las negociaciones, un proceso que ha culminado con la frase: ‘el PSOE gana cuando es el PSOE’, lo que dicho sea de paso -y dado que Pedro Sánchez perdió las elecciones- significa que el PSOE de antes no era el PSOE.

Comenzó, lo que parece ser una nueva andadura, con el puñetazo en la mesa mientras ganaba el pulso a los barones que habían picado el anzuelo de Pablo Iglesias con aquello de las listas conjuntas para el Senado, Sánchez se mostró inflexible y con toda la autoridad que se supone en el secretario general de un partido como el socialista.

Ha presentado, extravagancias aparte, una especie de gobierno ‘en la sombra’ que supone un paso más en la buena dirección para recobrar lo que llamaríamos el PSOE auténtico, y alguien que parece tan cercano a Sánchez y con tanto predicamento en su cercanía como Jordi Sevilla, afirma con rotundidad que, después de las elecciones, no pactarán con Podemos.

Todavía cabe alguna salida de pata de banco a las que tan acostumbrados nos tiene el líder socialista pero, en estos momentos, su situación y la del PSOE -pese a que siguen los problemas internos y las elecciones tienen para el partido un resultado incierto- es mucho más real, más pragmática y más acorde con lo que se espera de un partido de la importancia del PSOE.

Lógicamente quedan por despejar muchas incógnitas –entre ellas qué pasa con Hernando y con Luena, y el por qué de la fulgurante ascensión de Meritxell Batet- pero el partido y Sánchez están más centrados (no del centro político) y ya no juegan tan alegremente a Podemos. Porque como tiene dicho un conspicuo socialista ‘si jugamos a Podemos, con Podemos, perdemos.